Belén Esteban y añadidos (boda, eventos, todo lo relacionado con el personaje y su entorno)

Al final acabamos encarcerladas @turn... :LOL:

BELEN LUCRECIA POTORRIL BORGIA DE TODOS LOS SAPOS


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Muy graciosa...jajajaj.... oye yo como no salgo de vacaciones, pues mira, allí, y como tomo pastillas relajantes,ansioíticos, ya hace años, y todo eso, supongo no me darían muchos trabajos, así que a descansar una temporada
 
"Leo mucho. Veo los informativos" :cautious:o_O:meh::meh::meh::meh::meh::meh:. Ah, ahora me doy cuenta que este libro es una obra de ficción...ciencia ficción :vulcan:


Y tanto.. ficción de Boris, porque no creo que eso lo dijera Belén ESteban.
Potorra le diría a Boris 4 cosas de su vida, y Boris, que es más listo el, ha puesto según su interpretación.
 
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Que yuyo me da ver esa mano derecha con ese taoo.
Y todos riéndole las gracias, mira detrás la maviví, como se rie también, tiene la mariví los pómulos también con botox. Eso quien lo pagará???
 
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Andreíta, preocupadapor la cancelación de la gira de su ídolo Justin Bieber

La hija de Belén y Jesulín siempre ha sido una gran admiradora del artista canadiense

Como el mismo artista ha informado en su cuenta de Facebook, Justin Bieber ha cancelado el resto de su gira europea «debido a circunstancias imprevistas», aunque el comunicado afirma que Justin «quiere a sus fans y odia decepcionarles».

Esta noticia ha sentado como un jarro de agua fría a sus fans, al menos a aquellas seguidoras que le esperaban en algunos de los catorce países que le quedaban por visitar.

Aunque entre las fechas canceladas no esté España, Andrea Janeiro estará preocupada por el estado de salud de su ídolo, y es que la hija de Belén y Jesulín siempre ha sido una gran admiradora del artista canadiense.

Prueba de ello es que en su cuenta de Twitter tiene una publicación fijada desde noviembre de 2016 que dice lo siguiente: «solo quiero decirte que eres un chico increíble, eres el mejor ídolo».

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Según informa la revista ‘Semana’, David Valldeperas le metió el susto en el cuerpo a Belén Esteban diciendo que tenía una mala noticia que dar, aunque cuando se enteró que se trataba de la cancelación de la gira de Justin, se quedó mucho más tranquila.

Mientras tanto, Andreíta seguirá con el corazón en un puño por su ídolo
 
No.. aceituna, es que no está aún puesto... es un preámbulo de el próximo capítulo, ya lo subo.
Así dejo puesto "un cebo del próximo", si es que tanto ver Salvame, ya hasta cebamos las noticias, nos estamos volviendo de astutas como ellos.
Me parto, Turn!! Gracias por el esfuerzo que haces para colgar toda esta información que nos da pié a nuevos post.:kiss:
 
Justin Bieber tiene molestos a fanáticos y ex miembros de su equipo tras tomar la determinación de cancelar las fechas restantes de su gira "Purpose World Tour" en Estados Unidos y parte de Asia.

Aunque señaló que la decisión fue para descansar, la verdadera razón por la que el canadiense habría suspendido sus presentaciones, sería por un supuesto "despertar espiritual". Según el sitio TMZ, desde hace un tiempo Bieber estaría asistiendo a la Iglesia Hillsong, de orientación pentecostal.

El medio señaló que el artista se encontraría fuertemente influenciado por Carl Lentz, fundador y pastor del templo, razón por la que Justin habría habría tomado el abrupto paso de detener sus shows, aunque el religioso lo habría tratado de convencer para que no dejara los escenarios.

Fuentes del medio estadounidense aseguraron que la relación de Bieber y Lentz ha sido "intensa" y que todas las decisiones que la estrella musical ha tomado en los últimos meses, han sido por congeniar con la fe del pastor. "La iglesia no le dijo a Justin que cancelara la gira, él tomó esa decisión basada en la búsqueda espiritual y su propia visión del camino que debería tomar en la vida", dijo un cercano a Lentz a TMZ.

Sin embargo, aún no está claro de si Bieber se retirará completamente del medio musical para dedicarse a la religión o si retomará sus compromisos en un tiempo más.

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Última edición por un moderador:

CAPÍTULO 21


Adicta a la vida


Quiero dejar una cosa clara: soy yonqui
de mi hija, de mi madre, de mis hermanos y de mis amigos. Soy adicta a la vida y a la buena gente.

Después de
mis últimas intervenciones en Sálvame,
he empleado la palabra adicciones para referirme a un proceso personal muy delicado. Jamás me imaginé que una palabra fuera a provocarme tantos problemas, pero también tantas reflexiones. No voy a negar ahora lo que dije en su momento, pero ¡vale ya!

En mi vida he tenido dos adicciones: una podía llamarse Fran, de la que ya
estoy totalmente desenganchada; y de la otra, que no voy a ponerle nombre, he salido.

Una me llevó a perder el rumbo de mi vida en un momento dado y la otra me ha roto el corazón.
Ambas han sido dañinas, pero de ambas saldré reforzada, estoy segura.

Me arrepiento mucho de haber hablado de mis adicciones a finales de
2012 en el Deluxe. Ahora, visto en la
distancia, creo que no fue bueno para mí. Cuando me sinceré en el programa
me di cuenta de que todos mis compañeros se quedaron con la boca
abierta; ese detalle me dio más fuerza,me envalentonó. No nombré la sustancia,pero todo el mundo entendió lo que era.

Lo hice porque quería salir del círculo, y así, con la casa bien barrida,empezar de nuevo. No me obligaron a hablar de ello; de hecho, nadie sabía lo que iba a decir. Se lo comenté antes a mis hermanos y a mi madre, y ellos me apoyaron:

—Belén, di todo lo que tengas que decir —fueron sus palabras.

Pero no lo tenía que haber dicho,porque nadie lo hace.

Necesito poder explicarme a través de este libro. Estos temas son muy delicados y no siempre bien entendidos.
Insisto en que el origen de hablarlo públicamente y durante una entrevista de televisión, era porque estaba convencida de que al hacerlo me quitaría una carga de encima. Sin embargo, creo que al final me ha dado más problemas, porque se ha vuelto contra mí, o han hecho que se volviera contra mí. Y ahora, cuando voy a decir algo, la gente lo primero que tiene en la
cabeza es el tema de mis adicciones.

Estoy cansada, agotada por todo esto. Me duele muchísimo.

Muchos de quienes yo creía que eran mis compañeros, en lugar de preocuparse
por lo que me ha pasado o por cómo lo estoy resolviendo, han hecho carnaza.

De esta flaqueza abusa la gente y estoy harta de dar explicaciones. No me tengo que defender de nada, no soy una asesina ni nada que se le parezca. Ahora ya tienen a quién cargar el mochuelo y si me ven alterada, le echan la culpa a «eso».

Y no es verdad.

La sinceridad es un valor en desuso y, en ocasiones, no es bien entendida.

Aquí hay mucho hipócrita suelto, porque ¡¡anda que no hay adicciones y adictos en este mundillo de la tele y en otros muchos!! Esto me parece una falta de respeto.

Y luego esos hipócritas ¿me van a decir a mí cómo tengo que actuar?, ¿van a criticarme? ¡Para nada!

También he tenido que soportar que me dijeran:

—Es que tú te has puesto en la palestra.

No me he puesto en ningún lado. Quise sincerar una situación, y la han convertido en lo que les ha dado la gana.

Yo no soy como la Patiño, que tiene en el contrato unas cláusulas por las que no se puede hablar de su vida. Por algo será…, digo yo.

No me parece bien que la gente hable de este problema con total impunidad. Porque lo sufren muchas personas de todos los niveles. Eso es frivolizar.

Una mañana me fui a rezar a san Judas y le imploré que me ayudara y que
me diese fuerzas. Desde ese día no he vuelto a ponerme más, y lo he tenido muy a mano, pero no pienso volver a recaer.

La cara es el espejo del alma y en estos momentos estoy bien, me siento
fenomenal, me veo atractiva, muy tía buena, y veo cómo está mi casa, mi hija
y sé que todo está bien y me siento muy orgullosa de haber salido.

A la gente que está metida en esto le diría que la vida es muy bonita, que cuando se hacen cosas que no se tienen que hacer se acaba como yo acabé: tumbada en un sillón todo el día sin ganas de nada. Las únicas ganas que tenía eran de ponerme más. Pero hay tanto para disfrutar, como la familia, el trabajo y, sobre todo, uno mismo…

Antes pasaba de todo. Iba a las dos y media de la tarde al curro y me levantaba a las dos y diez. Me metía en el coche de la tele con la arruga de la cama, sin comer; me maquillaban y me quedaba dormida hasta que entraba en plató.

¿Era eso vida?

En el programa funcionaba por pura rutina. Me alteraba por todo y con todos.

Hubo un tiempo en que solo pensaba si mañana tendría para ponerme. En este mundo hay mucha droga, te lo ofrecen por todos los lados. Está fácilmente al alcance de todos. Y a mí mucha gente, por alguna razón, me pedían como si fuera un gesto de confianza, de intimidad. ¡Qué horror! Siempre me pareció indignante.

Al principio, este mundo, el de los estimulantes, es divertido y siempre crees que serás capaz de controlar, pero deja de dar risa cuando sabes que dependes de eso y que no puedes estar ni un día sin ello.

Tomaba un café a las dos de la tarde y me tenía que meter, porque si no, no podía continuar. Eso solo lo sabe el que lo ha pasado. El que lo hace una vez lo hace dos, lo hace tres y lo hace veinte.

En ¡Más que baile! me metía antes de
salir
. ¡Eso es una barbaridad! Recuerdo la obsesión por el baño. Siempre con el bolso, siempre el bolso conmigo. Ahora lo dejo en cualquier lado y ni me acuerdo de cogerlo.

Cada vez que lo «haces» se te va la familia. No se te va: te alejas tú de ellos, y de amigos, y de los hijos, y del trabajo… Y llega un momento en que te preguntas si merece la pena. En la vida hay que decir no cuando hay que decir
no. Ahora estoy feliz y me veo feliz, no pienso volver ¡en mi vida!

Cuando estoy en el sillón de mi casa leyendo —me encanta leer— no me creo
cómo han cambiado las cosas. Tengo ganas de irme a comprar ropa, de hablar
con la gente…

—Belén, te vemos guapísima. No es
lo mismo Sálvame sin ti, eres genial y
nos alegrabas la tarde —me dicen, y nosaben lo mucho que me animan.

Ahora me levanto a las ocho con mi niña, ella se va al cole y yo me voy
al pueblo para hacer un poco de ejercicio, voy a mis clases de conducir y después desayuno con unas amigas. Me preocupo por decorar mi hogar, he arreglado mi jardín y mi piscina, me he comprado unos muebles preciosos. He puesto unas flores…Tonterías… pequeñas cosas que me hacen sentirme fenomenal. He engordado mucho, lo sé, porque me cuido y también me critican, me dicen que estoy gorda, pero me da igual.

Desde este verano estoy a régimen. Me lo digo siempre: la que empezó este
libro no es la misma que lo termina.

¡Para mí engordar significaba que no me estaba metiendo!

Me ha venido bien estar alejada de la tele para reponerme, pero siempre
pensaba en volver porque es mi trabajo y para algo me he ganado el sillón.

Muchos de los que me critican tienen miedo de que siga hablando. ¡Pues tengo
para todos! Y he visto muchas cosas.

En este país es muy fácil drogarse y no es nada caro. ¿Qué vale una pastilla?,
¿tres euros? Así se engancha a muchos jóvenes. Son gentuza. Yo tengo miedo a
salir porque la droga está por todos los lados y sé que voy a casa de personas
que tienen gramos hasta debajo del cenicero y que me van a ofrecer. Si salgo a alguna fiesta también me da miedo porque me van a picar. Y lo sé porque ya lo han hecho.

Las tentaciones van a estar ahí, pero en mi mano está decir que no. Este es un camino pedregoso que tendré que andar yo solita.

No he ido a ninguna clínica porque no me fío de nadie. Lo estoy llevando en casa con ayuda de profesionales, porque al final puede ocurrir como a Sofía
Cristo, hija de Bárbara Rey y Ángel Cristo, que ha ido un tío de su terapia a
contarlo a Sálvame. Eso no está bien, es
una vergüenza. Alguien intentando desintoxicarse en una clínica y la gente
fuera montando un circo. ¿Qué va a pensar Sofía cuando salga y vea que de
su problema se ha hecho un numerito?

¿Que se burlan de su sufrimiento? Afortunadamente, yo he tenido a los míos siempre cerca. Toño ha sido muy importante. También me he encontrado
con personas que me entienden y que se preocupan por mí, como Jaime Peñafiel.

Ha sido una gran sorpresa. Al principio nos llevábamos muy mal, pero ahora
siento un enorme respeto hacia él. Se metía mucho conmigo, y tuvimos feos
encontronazos en la tele, pero desde ese día en que me pidió perdón, me llama
todas las semanas, me habla de su hija, que no sobrevivió a un problema de
adicciones. Me da consejos como una persona mayor que ha sufrido en la vida.
Ahora le tengo un cariño enorme. Él me habla mucho de su soledad, de lo que
siente…

¡Qué diferencia con otros! Estoy muy dolida con varios compañeros; jamás
pensé que alguno me traicionara como lo ha hecho. Me critican por haber
hablado, pero hay ciertas cosas que yo sería incapaz de contar, como han hecho otros.

Algunos quieren que haga el ridículo en el plató y me hago la tonta, pero yo
de tonta, ni un pelo. Hay cosas que me duelen. El tema de las drogas es muy
delicado y puede llegar a hacer mucho daño. Un día, uno en la tele me dijo:

—Belén, tú pasa por los pasos de cebra, que es lo que te gusta.

¡Pero, bueno! ¿Es que alguien me ha visto? Nadie. A cambio de sinceridad he
encontrado mucha hipocresía. Me dicen que es muy osado por mi parte criticar,
señalar lo que no me gusta de la tele, porque yo soy la primera en criticar;
creo que precisamente por eso puedo escribir sobre lo que no me gusta ver en
la tele, en mi programa, entre mis compañeros.

Como cuando fue Rosa Benito a Sitges a la inauguración de Pachá y contrataron a un actor para que ligara con ella. Se pasan mucho. Parte de culpa de su separación ha sido de ellos.Porque si Rosa no se quiere separar de su marido no tiene por qué hacerlo. No la obliguéis, que son treinta y cinco años juntos. Son unos hijos de put*… Es muy fuerte.

Se supone que lo atractivo para el programa es hablar de nuestra vida, pero
no de los de siempre. Porque yo puedo hablar de mí, pero ¿por qué tengo que
hacerlo de Fran si él nunca ha estado en este mundo? Eso es lo que trataba de
decirle a Lydia Lozano el día que decidí
dejar una temporada Sálvame porque ya
no podía más:

—¿Tú hablas de mi marido? ¿Y el tuyo que lo sabe todo el mundo?

Ya lo dijo Jimmy Jiménez Arnau:«¿Qué proyecto está haciendo si hizo el de su casa y se le cayeron los cimientos?».

Si he comentado algo de su marido es porque ella se ha metido con el mío.
Ella también ha hecho caja. Se ha dejado hipnotizar en un programa para contar cosas de su vida, algo que yo no he hecho. No me arrepiento de lo que le dije a Lydia en esa ocasión. Que me perdieron las maneras, por supuesto,
pero yo le dije que lo mismo tiene ella en su casa. Yo me pregunto: a mí me
pueden atacar, ¿pero yo no puedo?

Entonces ¿quién sale siempre ganando?

Ellos…

Si a mí me atacan, ¿cómo no voy a atacar? Porque, si quieren, nos hacemos
todos la prueba del suero de la verdad.

Se lo voy a pedir a Carlota, nuestra directora. Hombre, que ha habido meses
en que me he sentado los cuatro viernes
en Sálvame Deluxe y, encima, me
critican de que vendo mi vida. ¡Pero si me hacéis venderla vosotros!


Aquí miramos la Paj* en ojo ajeno rapidito. Porque si ellos tienen para
todos, yo también. Podría tirar de la manta y decir, por ejemplo, que tengo
unas fotos muy delicadas que no se pueden ver. Lo que cada uno haga con su
vida sexual es su problema… ¿Pero tú, o tú, o tú vais a hablar de los pedos que
se coge mi marido?

Como alguna, que presume de que es periodista de pro, a la que le dije que qué anunciaba ella. ¿Sartenes Jata? ¿Por ser periodista o por ser personaje público?

Ellos solo saben calentar la olla y eso no puede ser. Hay cosas que duelen mucho en una familia y a ellos les da igual. No sé de qué coxx van. Todo vale
con tal de criticar. Vamos a hacer memoria…

En este mundo nadie es imprescindible, pero me jode que no me valoren o que no dejen de machacar. ¡No nos tiremos dos semanas hablando del mismo rollo!

Como cuando me robaron. Entraron en mi casa de Paracuellos estando de
vacaciones y se llevaron muchas cosas, y no solo de valor económico, sino
también sentimental. Me enteré por teléfono. Cuando me llamaron para
darme la noticia, se convirtió en el contenido de muchos programas. Les
dije a todos que no podían hablar de ello porque me lo había dicho la policía,
pero no me hicieron ningún caso y jodieron la investigación. La propia
policía me comentó que si no se hubiera dicho nada en la tele, a lo mejor los habrían pillado.


Lo peor fue cuando Jorge Javier dijo lo de mis tangas, que al parecer también estaban entre las cosas robadas. Eso me dolió mucho.

—Es que los tangas del mercadillo valen mucho dinero —comentó en
directo.

Por la noche, en el programa, le reproché que lo hubiera dicho y él lo negó. Pero, tío, sé consecuente con lo que dices. Nadie está por encima del bien y del mal. Y queda claro que Jorge Javier y yo tenemos nuestros rifirrafes.

No pienso hablar más del tema de mis adicciones. Nadie va a hacer más sangre
con esto ni a sacar tajada de algo tan delicado. Ya he dicho lo que tenía que
decir y punto. Y si alguno se pasa, saco los dientes. No vamos a hablar más de
este tema, porque si no traigo a un perro a ver a quién muerde. Y lo que digo, lo hago. Me temen por eso. Lo tengo claro, el día que pueda les diré que me voy porque quiero ser feliz.

Desde hace siete meses puedo decir que mi droga más dura ha sido Fran. Me
ha enganchado mucho en la cama, porque yo era una mujer muy convencional, y gracias a él me desinhibí. Cada vez que nos hemos visto no hemos podido hablar, lo único que hacíamos era irnos a la cama rápidamente. Quedábamos para hablar, pero no podíamos resistirlo y nuestros cuerpos se atraían irremediablemente.

Es muy fuerte lo que me ocurría con él.Me decía a mí misma que estaba divorciada, y mis amigas también me lo decían, pero no lo podía remediar.
Necesitaba tenerle, sentirle de nuevo. ¡Cómo me besaba!, ¡cómo me abrazaba!, ¡cómo me tocaba! Estaba convencida de que había cosas que no podría hacer con ningún otro hombre que no fuera mi marido.

Porque lo hago con pasión, con amor y no se me ocurría empezar algo con otra
persona. Era intentarlo, imaginármelo, y veía a Fran en la cama, su olor en el
almohadón.

Todo el mundo a mi alrededor me decía que no debía verle, porque me arrastra, y tenían razón. Mi psiquiatra me dice que es una adicción y como tal tengo que desengancharme. Me aconseja que no piense en la cama con Fran y me pregunta si no he tenido fantasías con otros hombres. A mí me da mucha
vergüenza que me hable de esas cosas y le respondo:

—¡Ay, Eduardo, no me hables de esas cosas, que me da corte!

—¿Pero tú nunca has tenido una fantasía sexual? —me vuelve a
preguntar extrañado.

—Solo con mi marido —le digo, un poco abochornada.

Me vuelve loca. Andrea también me lo hecha en cara.

—Mamá, utilizas a Fran.

—Pues sí, un poco, pero mamá se tiene que dar alguna alegría —le digo.

No, si yo prefiero que sea con Fran —me asegura.

El caso es que me eché unas alegrías este verano. No sé cómo, sin darle muchas vueltas, quizá por escribir este libro. Me quité muchos miedos. Y una
mochila, como dije hace poco en la televisión. Sinceramente, tampoco creo
que Fran esté dispuesto a cambiar. No se apunta al paro, no hace nada. Pienso que no tiene ilusión por la vida y yo, sin embargo, debo seguir mirando por el
mañana.

Sé que Fran está muy mal y estoy preocupada por él; pero tiene que ser
fuerte. Así como yo he salido de mi otro problema, él también debe enfrentarse al suyo y superarlo. Si se quiere, se sale de todo. Porque yo lo he hecho. He salido de un mundo que me perjudicaba, he luchado como una jabata y lo he
conseguido. Y nadie me puede echar en cara que no haya hecho todo por
mantener mi amor hacia él.

Me casé para toda la vida y cuando lo tienes tan claro y, de repente, ves que no puede ser y luchas y, aunque tengas todo en contra, sigues luchando.

Pero al final fui consciente de que mi vida se iba con él, y no tuve más remedio, con todo el dolor de mi corazón, que recoger los bártulos e irme.

He conocido lo que es el amor, y no sé si lo volveré a vivir de nuevo, pero tengo ilusión por volverlo a sentir. He visto la felicidad de cerca. ¡Pero me ha salido carísima!

Con Fran creía tener una pasión que no volvería a tener con nadie. Me he
dado cuenta de que estaba equivocada. Pero todavía me da no se qué irme así
por así con un tío a la cama, me daría tanto apuro que lo pasaría fatal. Y para
pasarlo mal prefiero no hacerlo. Y además, me da miedo pensar que vaya
de plató en plató a mi costa. Por eso también lo he contado, lo de mis
aventurillas. Si necesitara a un hombre, porque yo soy una mujer muy caliente,no tendría problema en pagar a un puto.


Así de claro.

Me encantaría que Fran estuviera bien. Lo ha perdido todo. Ha perdido a
su mujer, a la niña… todo. Pero yo no me puedo arrastrar más por él. Si pudiéramos borrar el pasado de un plumazo, si hubiera una varita mágica
de los deseos, cerraría los ojos y desearía que él estuviera bien, que fuera el Fran que conocí. Me encantaría tener una familia y no tener que estar dando
explicaciones. Pero este cuento de hadas no tiene un final feliz. Tengo que pensar en mí y, sobre todo, en mi hija.

Ella tiene que ver en mí un ejemplo de fortaleza. No puedo traicionarla

 
Joeeerrr como me ha quedado de tocada este capítulo.
Esa Andrea Janeiro, ahí diciéndole eso a su madre.



No voy a hacer un spoiler antes, de que lo leais, pero resaltaría dos cosas:

1 ----No se ocupaba de su hija

2--- Ojito al bolso, a ver si ahora sale varias veces de sálvame con el bolso
 
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