Me parece que los implicados están poniendo muy poca inteligencia emocional. Pretender llevar un perro sin pedir permiso a la casa de un tercero no es de recibo, aunque sean tus padres, especialmente si no les gustan los perros. A partir de ahí, hay mil opciones: alquilar otra casita en el pueblo para que estén allí la hermana de tu amiga y su hija con el perro, que la madre no vaya si no quiere pero la niña si quiere ir vaya unos días a estar con los abuelos, dejar el perrito unos días con otra persona... De buen talante, las cosas tienen solución. Pero es que, aunque no vayan, es absurdo terminar de mal rollo con tu familia y tensar las cosas así.
La gente que dice "¿no quieres que lleve a mi perro? pues no esperes ver a mi hija más"... ¿para poder ver a tus hijos tengo que hacer lo que a ti te de la gana en todo lo que quieras? Vuestros hijos no son monedas de cambio y objetos de chantaje. Un poco de madurez.