Mi pareja, por parte de su trabajo, ha conocido a casi todos los estafadores, ladrones, gente sin hogar de nuestra ciudad.
Cuando voy dando una vuelta por el centro, de vez en cuando, va contándome historias y flipo muchísimo como se las apaña la gente. El domingo, por ejemplo, fuimos por el centro y le salió una drogadicta y ella super contenta de verlo. Cuando se fue, me dijo: esta es buena, se ha comportado así porque cuando es mi turno de mañanas, la dejo antes de que llegue mucha gente (trabaja en un edificio público) para que pueda ir al aseo y se lave entera.
Con quien yo he flipado más en mi vida ha sido con los gitanos. Muchas veces sus historias es de sinvergüencerías máximas llevadas al éxito.