Estoy recordando a una persona bastante tacaña con la que coincidí en el periodo de prácticas de la uni (me saltó una historia suya en instagram). En aquel momento los dos éramos estudiantes y lo típico, teníamos poco dinero. Cuando íbamos a desayunar a la cafetería y él estaba pelado, era yo la que invitaba. ¿Adivinan cuántas veces me invitó él? Cero unidades. Y eso que de vez en cuando aparecía con billetes, pero nunca tuvo el detalle de invitarme a algo como forma de agradecimiento por todas las veces que pagué yo.