La curia romana reza por el Papa Francisco, ¿qué sucede en el Gemelli?, el Vaticano se reposiciona,»no existe la vida terrenal eterna», las luchas de ‘curas’ y ‘frailes’.
por SPECOLA | 25 febrero, 2025
Empezamos uniéndonos desde la distancia a la familia de Francisco Jose de la Cigoña rezando por su pronta recuperación. No son tiempos de podernos permitir caídas en el campo de batalla, su ausencia se nota inmediatamente y esperemos que sea muy breve. Un fuerte abrazo y el recuerdo diario en la oración al que invitamos a todos nuestros lectores por quién es, además de un buen amigo, un referente en la información religiosa desde hace decenios.
Empezamos por el Vaticano y un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha anunciado que «A partir de esta tarde, los cardenales residentes en Roma, con todos los colaboradores de la Curia Romana y de la Diócesis de Roma, recogiendo los sentimientos del pueblo de Dios, se reunirán en la Plaza de San Pedro, a las 21.00 horas, para el rezo del Santo Rosario por la salud del Santo Padre. La oración de hoy será presidida por Su Eminencia el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin». Hemos estado, silencio, muchos silencios, muchas caras largas que presagian lo peor. Plaza en penumbra, asistencia muy poca, poquísima, como era de esperar, parece que los ‘sentimientos del pueblo de Dios’ no se corresponden con la enorme popularidad que se nos quiere vender. Nuestra imagen de hoy son algunos de los cardenales asistentes en medio de la penumbra, lo más parecido a un velatorio, todo muy penoso. Es como si fuera necesario pasar página de esta etapa cuanto antes, hemos visto una iglesia que termina que se ha agotado y que no tiene, ni las ganas, ni las fuerzas de cerrar este periodo con dignidad. El futuro de la iglesia hoy ciertamente no está en el Gemelli y tampoco está en la plaza de San Pedro.
El rezo del rosario estuvo dirigido por Parolin: «Desde hace dos mil años el pueblo cristiano reza por el Papa en peligro o enfermo. También en estos días, desde que el Santo Padre se encuentra hospitalizado en el Policlínico Gemelli, una intensa oración ha sido elevada por él al Señor por parte de los creyentes y de las comunidades cristianas de todo el mundo. Desde esta tarde queremos unirnos también públicamente a esta oración, aquí en su casa, con el rezo del Santo Rosario. Lo encomendamos a la poderosa intercesión de María Santísima» para que «lo sostenga en este momento de enfermedad y de prueba y lo ayude a recuperar pronto la salud». A partir de esta tarde, los cardenales de la curia y de la diócesis de Roma rezarán cada tarde el rosario en la plaza de San Pedro para pedir por la salud del Papa, una iniciativa que no puede dejar de recordar lo que sucedió hace veinte años, más o menos en esta misma época, cuando la gente se agolpaba en la plaza para pedir por la salud de Juan Pablo II.
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Nos vamos al Gemelli que parece un mundo aparte totalmente alejado del Vaticano. El día de ayer fue el décimo día de hospitalización del Papa Francisco con una mañana de absoluto descanso. A diferencia de otros días en los que el Papa se despertó bastante temprano, hoy descansó más tiempo. Las transfusiones han puesto a prueba al Pontífice y está muy cansado. La información oficial sigue con el tradicional, descanso, de alzo, desayuno y ojeo periódicos, cuatro nombramientos de obispos en el ‘boletín’ y la consabida gravedad con ligeras mejorías. Roma es un mar de rumores de todo tipo y no es fácil dar buena forma al final de pontificado. La impresión es que nadie tiene las riendas de la situación y el caos reina. El cardenal Parolin no cambió ni un ápice su programa en Burkina Faso, y aún no ha visitado al Papa y se supone que sigue siendo su secretario de Estado.
Hay rumores de la actividad del Papa en el hospital, no hay nada confirmado, se dice que convocó al cardenal Gianfranco Ghirlanda, pero la Oficina de Prensa de la Santa Sede negó rápidamente esta visita. El rumor podría derivar del hecho de que una de las últimas reformas que el Papa Francisco querría firmar podría ser la del Cónclave, aunque objetivamente, en este momento, no tiene ningún sentido. Fuentes vaticanas afirman que «su ánimo es bueno», que «puede moverse» y que «está comiendo con normalidad». En particular, Francisco «no tiene dolores», según han informado las mismas fuentes, que han explicado que el «sufrimiento» del que se habló el sábado estaba vinculado a la difícil jornada que había vivido a causa de las crisis respiratorias. También nos enteramos de que Francisco no ha recibido ninguna visita, salvo las de sus colaboradores más cercanos. Mientras tanto, respecto a un rumor en la prensa francesa, según el cual se está preparando un apartamento en el Gemelli de la Isla Tiberina donde será trasladado el Papa, se explica que el apartamento «no es para el Papa», sino para pacientes «de pago».
Hay medios que viven en una especie de buenismo inexplicable, la realidad es la que es, es estado de salud del Papa Francisco es grave y no termina de mejorar lo suficiente para regresar a su casa, los días de prolongan y no hay fecha para que esto termine. El estar unido el ‘hecho biológico’ a un cargo de gobierno tiene estas consecuencias. Las viejas tradiciones curiales aseguran que el papa reinante goza de buena salud hasta tres días después de su muerte. En el mundillo de los medios nos llegan miles de rumores, se sabe mucho más de lo que afirman los comunicados oficiales y de muy buenas fuentes. Antes de la declaración del Vaticano del lunes, “fuentes confiables” del Hospital Gemelli de Roma
afirmaron que a Francisco le quedaban menos de 72 horas de vida.
Continúan llegando mensajes de buenos deseos de pronta recuperación, hoy también del presidente de Estados Unidos Trump, «espero que esté bien», y del presidente francés Macron. La junta directiva del Policlínico Gemelli, presidida por Daniele Franco , participó hoy en la misa por la salud del Papa en la parroquia del hospital Gemelli. También estuvieron presentes todos los responsables sanitarios del Policlínico. Nunzio Currao , es el capellán del Gemelli y reconoce que tampoco pudo reunirse con el Papa. «La aprehensión para el Papa es altísima, y es lo que uno tiene para un padre», pero «es la época de la esperanza». «Me gustaría que pidamos la misma fe que Abraham, el ‘Spes Contra Spem,’ La esperanza contra toda esperanza». «Los boletines que se publican son vistos por el Papa y contienen la verdad”.
Algunos cardenales no ocultan su malestar por la pésima información, muchos de ellos han vivido otras situaciones similares y no era este caos. «¿Pero cómo es esto posible? ¡Ayer los médicos tranquilizaron al mundo!», «Iba a cenar, pero enseguida vuelvo a la capilla a rezar». En Santa Marta ya se estaba preparando todo para el regreso, con el personal de servicio cuidadosamente formado para extremar las medidas de salubridad e higiene en los espacios comunes, a menudo frecuentados por el propio pontífice. Incluso se dio la orden de que, una vez que el Santo Padre regresara a casa, todos estarían obligados a usar mascarillas para protegerlo de la circulación de virus y bacterias, pero después de la ducha fría del sábado por la noche, todo se paralizó. En este momento dramático incluso aquellos que son notoriamente críticos de su pontificado están a su lado. Como el cardenal Müller quien, después de haberse declarado «absolutamente en contra de la idea de la renuncia del Papa Francisco», reiteró la necesidad de que la Iglesia «permanezca unida en este momento».
La comunicación sobre la hospitalización del Papa Francisco ha sido muy irregular en los últimos días. Al principio hablamos de un caso médico muy complejo, de un paciente que no respondía a tratamientos ni a nuevas terapias. Luego la Oficina de Prensa de la Santa Sede habló oficialmente de neumonía bilateral, que de todos modos se sumaba a un cuadro clínico complejo. Rueda de prensa de los médicos en la que aclararon que el Papa Francisco no está fuera de peligro, señalaron que el equipo médico no ocultará nada y que la parte crónica de su enfermedad permanecerá. Tras la rueda de prensa, la comunicación sobre el Papa volvió a la normalidad de su enfermedad. El 22 de febrero se comunicó insuficiencia respiratoria y el 23 de febrero se observó inicio de insuficiencia renal. El Papa lee los periódicos todos los y recibe la Eucaristía, pero durante sus días en el hospital, nunca se ha informado de que el Papa celebrará una misa en su habitación. El pasado domingo 16 de febrero, siguió la Misa por televisión y la asistencia a una misa surgió en el anuncio del 23 de febrero. Esta decisión de no mostrarse ‘plenamente católico’ es chocante, sobre todo cuando el mundo entero mira al Papa.
Ayer por la tarde se emitió el boletín médico del Gemelli: «Las condiciones clínicas del Santo Padre, en su criticidad, muestran una ligera mejoría. Todavía hoy no se han registrado episodios de crisis respiratorias asmáticas; Algunas pruebas de laboratorio mejoraron. El seguimiento de la insuficiencia renal leve no es motivo de preocupación. Se continúa con la oxigenoterapia, aunque con un flujo y porcentaje de oxígeno ligeramente reducidos. Dada la complejidad del cuadro clínico, los médicos, prudentemente, no han emitido aún un pronóstico. Por la mañana recibió la Eucaristía, mientras que por la tarde retomó sus actividades laborales. Por la tarde llamó al párroco de la parroquia de Gaza para expresarle su cercanía paternal. El Papa Francisco agradece a todo el pueblo de Dios que se ha reunido en estos días para rezar por su salud”.
Mientras la condición del Papa Francisco empeora los curiosos y algunos fieles, pocos, se acercan al Gemelli y se va montando un improvisado altar a los pies de la imponente estatua de San Juan Pablo II. No faltan los escasos famosillos que son capaces de hacer largos viajes para tener su segundo de gloria ante la fachada del hospital e intentar mantener lo que han divulgado sobre su inexistente cercanía y familiaridad con el Papa Francisco. Lo hay más atrevidos que tratan de entrar directamente en su habitación. Ayer por la tarde lo intento Juan Grabois que forma parte del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, uno de los 16 dicasterios de la Curia. Se encontró con la puerta cerrada y fue rápidamente aconsejado a retirarse, de nada sirvió insistir tercamente en que es un conocido personal del Papa Francisco.
Se nota el final del pontificado y todos empiezan a reposicionarse. El cambio narrativo también afecta a la condición del Papa y parece que ha querido sostener una normalidad mientras pudo, pero los médicos lo convencieron de que era mejor ofrecer un escenario realista. Nadie ha visto al Papa Francisco durante esta hospitalización, la orden es absoluta, aquí no entra nadie. Alrededor del Papa hay entre cuatro o seis gendarmes vaticanos pro turnos, además de enfermeras y médicos. Ni siquiera el Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, que gestiona los asuntos cotidianos y se reúne periódicamente con el Papa, ha visitado al Papa Francisco. Sabemos que el Papa Francisco quiere que se piense que está bien, que efectivamente se está recuperando y que sigue en el centro de todo. El Papa está acostumbrado a controlar la narrativa sobre sí mismo, pero desde que enfermó, ese control narrativo no ha sido posible. No ha podido leer los últimos discursos y no podía integrarlos, modificarlos o cortarlos según sus sentimientos. Intentó tener encuentros directo y personales con quienes acudieron a las audiencias, pero cada vez estaba más cansado.
Cuanto más se aleja la imagen del Papa, más pierde fuerza en el imaginario colectivo. cuanto más pierde presencia mediática, más evidentes se hacen las contradicciones de su pontificado. Hay un pontificado mediático y un pontificado real la escasa respuesta del pueblo de Dios, tanto en el Gemelli como en el rosario de la plaza son muy relevantes. Del jubileo ya nadie habla y da la impresión de que se ha terminado. Los continuos mensajes de mejoría son sorprendentes e inusuales en un paciente de 88 años que contrae neumonía bilateral. Llama la atención la ausencia total de imágenes del Papa Francisco – ¿tan mal está?- todo lo que está sucediendo está por entender.
No puede faltar Spadaro que descarta la idea de una dimisión hipotética, hablando de «disgusto» por muchas noticias falsas y especulaciones que han circulado en los últimos días, pero también de » . « .
El cardenal Müller concedió una extensa entrevista en la que abordó temas como las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania; inmigración; la riqueza de las numerosas formas litúrgicas; de la obligación de respetar la vida humana y su desarrollo natural: rechazando la tesis de una posible renuncia del Papa Francisco, gravemente enfermo. Todos los aspectos englobados en una única gran enseñanza, explicó Müller: la del Amor, tal como Jesucristo lo testimonia hasta aceptar la muerte. Explicó que en este momento hay que rezar por la salud del Papa Francisco “
declaraciones forzadas, interpretaciones incorrectas, a veces incluso ataques al Pontífice en esta condición. Creo que este es el momento de la oración, de la espera, o el momento de expresar ‘buenas ondas’, como dice el Papa cuando se dirige a los que no son creyentes»Recuerdo que cuando habló a los jesuitas en uno de sus viajes dijo claramente que el papado es para toda la vida. La idea de renunciar al ministerio petrino, ya mencionada en el pasado, parece ser una opción considerada en caso de que la energía escaseara irreversiblemente. El Papa siempre ha dicho que Benedicto ha abierto un camino y ve posible que un Papa renuncie a su ministerio, pero esto tendrá que verificarse en función de lo que sucederá en el futuro próximo. No es el momento, por tanto, de hablar de las llamadas renuncias»no pensar en quién será su sucesor. Y si hay alguien que piensa en el futuro mientras Francisco está en el hospital, no es bueno, no es bueno en absoluto
”.
Müller: «No sabemos cuándo ni cómo, pero todos tenemos que morir. No existe vida terrenal eterna. El Papa tiene una tarea especial pero es un hombre como todos los hombres. La cultura secularizada no habla de la muerte, le tiene miedo, no piensa en ella. Pero tenemos la esperanza de que la muerte no es la última palabra, la fe en que Cristo es el Hijo de Dios que murió en la cruz por todos nosotros y creemos en la vida eterna. «Necesitamos explicarle esto a la gente con calma». Recordemos que tiene 88 años. ¿Tiene la Iglesia miedo de hablar de la muerte? Oremos más bien para que el Señor conceda alivio al cuerpo y al alma.
Müller se dirigió a los fieles de la misa latina de Nápoles: «El fin de la unidad de la Iglesia no es lograr la uniformidad. No somos un cuartel donde se exige obediencia militar. En la Iglesia, la obediencia debe entenderse en su dimensión espiritual: como obediencia a Cristo. Y los obispos, los sacerdotes deben ocuparse de atraer las almas, de enseñar y administrar los sacramentos, no de suprimirlos”. «Y ésta es la Tradición de la Iglesia, es necesaria una mayor generosidad en la celebración de la Misa en latín por parte de los obispos no se trata de suprimir los sacramentos, sino de abrirlos al pueblo». “No es posible ninguna novedad sin Tradición».
«Recibir los sacramentos y celebrarlos es más importante que unificar los ritos de la Iglesia, que son más de 20». «Los fieles del rito antiguo no expresan una distancia o una separación de la Iglesia, y los obispos y los sacerdotes deben concentrarse en el hecho de que la gente venga a la iglesia más que en una sola forma del rito latino, el ordinario. El Papa Benedicto XVI había encontrado una excelente solución al hablar de una forma “extraordinaria” del rito romano. No es justo que un pastor suprima la Misa en el rito antiguo porque quiere presentarse como ejecutor de una orden que viene de arriba. La obediencia y la disciplina son para el bien de la pureza de la Iglesia, no de la uniformidad. La Iglesia no es un cuartel con obediencia militar, tiene una dimensión espiritual». “La unificación de ritos no favorece la vida religiosa y suprimir una actividad religiosa no está en el espíritu católico”.
Hay otros temas en la información de hoy. El 12 de mayo de 2019 , se desplegó una pancarta contra el Papa Francisco , criticando sus palabras sobre la inmigración. «Bergoglio como Badoglio. Stop inmigración». Los jueces de la quinta sección penal de Roma condenaron a tres acusados a un año y dos meses, mientras que una cuarta acusada fue condenada a diez meses: para ella, que en esa ocasión había filmado la protesta con un teléfono celular, se reconocieron circunstancias atenuantes. Para todos, la acusación constituye una ofensa al honor y al prestigio del Presidente de la República, delito que incluye también ofensas contra el Papa que en la ley italiana está asimilado a la presidente de la república.
Y , por cambiar de tema, terminamos con un interesante artículo sobre la vida monástica. Las luchas de poder dentro de la iglesia tienen una larga historia y los conflictos entre el clero secular y el regular son bien conocidos. Al clero secular siempre se le ha confiado el cuidado de las diócesis y de las parroquias, encarnando una autoridad que a menudo se ha extendido al ámbito político y social. El clero regular hunde sus raíces en la inspiración de figuras luminosas como Benito de Nursia y Francisco de Asís, que indicaron un camino alternativo de salvación, fundado en la oración, la austeridad y el desapego de los bienes terrenos. No era raro que los obispos vieran con sospecha el poder de los abades, sobre todo cuando los monasterios ejercían jurisdicción sobre sectores de la población, reivindicando así una influencia que amenazaba la autoridad episcopal. Los monjes buscaron refugio en una autonomía más sólida, dando lugar a los monasterios sui iuris , sometidos únicamente a la autoridad papal .
En los últimos tiempos, entre concilios y sínodos, los obispos más modernos y franciscanos han empezado a mirar con rabia a «los abades, especialmente a los que llevan el solideo morado pero no tienen el tercer grado de la orden». Lo que antes era protección hoy se ha vuelto en contra y en el curso de estos doce años de pontificado , el número de entidades monásticas y no monásticas que el Papa Francisco ha puesto bajo administración especial o ha obligado a cerrar se ha vuelto incalculable. La vida monástica, con su profundidad contemplativa, parece permanecer ajena a la sensibilidad de un jesuita, y el Pontífice, venido «de los confines de la tierra», lo ha demostrado claramente siempre en la misma dirección: cerrar, cerrar y volver a cerrar. La crisis vocacional ha vaciado los seminarios y flojean los nuevos candidatos al episcopado. No estamos en el mejor momento de promoción vocacional y los doce años de incesantes invectivas contra el clero —a menudo acusado de “maricones”, “clericalistas”, “trepadores”, “arribistas”, “mundanos” e incluso “abusadores”— no han hecho ciertamente atractivos los caminos del sacerdocio para las nuevas generaciones, disuadiéndolas de cruzar los umbrales de los monasterios y seminarios.
Desaparecida toda forma de protección normativa y relegado al olvido el Derecho Canónico, se consolida ahora la estrategia preferida para irrumpir con arrogancia: el artificio de la acusación infundada. Los monasterios gozan –y deben seguir gozando– de una autonomía intrínseca e inviolable . La Regla de San Benito ha atravesado los siglos , sólida e intacta, porque el santo de Nursia supo trazar un camino claro y duradero, encaminado a garantizar a la comunidad la capacidad de gobernarse a sí misma. Si algo no funciona, se lleva al capítulo y si los monjes toman una decisión diferente de la que el individuo espera, no puede recurrir a la Sede Apostólica, como máximo «se presenta y se va». Hemos vivido los interminables líos de Monte Casino y ahora parece que se sigue el mismo camino en la Abadía de Santa María de Farfa. Una mezcla de intereses económicos y ambiciones personales está comprometiendo irremediablemente el equilibrio de esta antigua comunidad monástica.
«Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos».
Buena lectura.