Escribo un poco para desahogarme. Llevo siendo directioner desde 2011, cuando tenía 11 años. He seguido las carreras en solitario de todos ellos y han sido la parte más feliz de mi adolescencia. En las últimas semanas ya venía hablando con mi novio que no me gustaba nada el rumbo que estaba tomando Liam (al que, por cierto, en el grupo siempre se le había dado el papel de "niño bueno", el que ayudaría a tu abuela a cruzar un paso de cebra). Tengo una sensación de inmensa pena (pese a que condenó sus actitudes), de fin de un "sueño" y de que el mundo está completamente loco. Creo que las lecciones a aprender son, en primer lugar, que debemos dejar a los niños ser niños y no encumbrar los a los 16 y dejarlos solos; y en segundo lugar, se confirme o no la hipótesis del su***dio, el fin de la cultura de la cancelación y del odio en internet que se ha cobrado tantas vidas.