Prima, me siento muy identificada contigo y con muchas de las primas que han escrito por aquí.
Igual que otra prima, yo de pequeña también era muy parlanchina. Me cambiaban en el colegio cada 2x3 de sitio porque hablaba mucho con mi compañero de pupitre, y daba igual con quién me pusiesen que no cerraba la boca. Me acuerdo en las tutorías del cole que a mi madre siempre le decían que no me callaba ni debajo del agua.
Luego en la época del instituto, no sé qué me pasó, pero me volví muy muy tímida y callada. Y esto me repercutió y afectó mucho. No sabía cómo manejar esto y me daba mucha rabia querer decir algo y no poder. Es ese impulso del que han hablado las primas.
Cuando me incorporé a trabajar y sobre todo de cara al público es cuando perdí esa vergüenza. Por fin hacia caso a ese "impulso" y decía lo que pensaba. Ya apenas lo tengo, pero si que alguna vez me aparece y siento que aparece la vergüenza por algún motivo.
A lo que voy, es que tienes que saber diferenciar de si es vergüenza o si es introversión.
Aquí también pido ayuda a las primas porque me cuesta un poco diferenciar la introversión. La introversión para mí es cuando no siento ese impulso de decir algo, simplemente estoy callada porque me apetece.
Otras primas dicen que si se quiere cambiar eso por uno mismo o por otros. Yo estoy cómoda así, callada y en mi mundo, pero sé que no es sano ni beneficioso.
Hay días que necesito ser y estar así. Callada, ausente, como una planta siendo espectadora de la conversación que otros pueden tener.
Pero hay días que me siento asi y me siento mal. ¿Por qué? Porque también pierdo oportunidades de enriquecer mis relaciones.
Ultimamente, por ejemplo, estoy demasiado "introvertida", llevo así todo el verano, y no quedo con nadie porque digo ¿para qué? es que no me apetece. Me apetece estar sola a mi bola.
Ok, está bien. Pero también sé que al final encerrarse en uno mismo tanto tiempo no es bueno para nadie.
Entonces, a lo que voy... ¿qué hacéis con la introversión no deseada?