No sabes cómo te entiendo. Hace una semana justo me lo hizo uno a mí. Quedamos un día (el quiso adelantar el día porque le encanté según él) y luego me decía todo el tiempo de que tenía muchísimas ganas de volver a quedar y me dijo el día, la hora y me manda un audio que cualquiera portaría de los unicornios que desprendía ese audio. Me mandó fotos selfies con su gato, diciéndome: “faltas tú”.
Le pregunté por el sitio en concreto de dónde quedaríamos, y dejó de contestarme (pensé en que se había ido a dormir). Resulta que a la mañana siguiente, no me habla. Y yo: bueno, ok. Te juro que pensé hasta que le podría haber pasado algo. Ilusa de mí. Estuvo subiendo historias a Instagram durante el día.
Pues a menos de 24 horas de mi último mensaje, lo bloqueé de todas partes.
Me jodió muchísimo porque a pesar de sentir que conectamos bastante en la primera cita, y que pensábamos igual en muchos aspectos, el que se lió a decir lo preciosa, inteligente y dulce que era, fue él. Que en todo caso, aquí quien se pudo agobiar por lo meloso que se puso, fui yo.
Y qué hace diciéndome mil cosas si por lo que sea no le cuadré. Las grandes dudas sin responder del universo.
El nivel de cinismo, es perturbador.
Conclusión: si no te habla, es porque no tiene interés. Es que se suele notar mucho cuando a un hombre le gustas. Y si tienes dudas, es que no le gustas. Vamos, supongo que habrás tenido chicos detrás de ti y habrás notado que hasta podría hacerse kilómetros por verte 10 minutos. Pues eso.
Jode muchísimo. Pero ahí debemos ponernos a nosotras por delante, elevar el amor propio, no arrastrarnos. Lo que hago, es darme un día de autocuidado mental y físico.
También he llegado a la determinación de ni siquiera pedir explicaciones. Es que no te las van a dar. La gente que hace eso, ya te dice que no van de frente.
Ese tipo de personas son bazofia, porque después encima de preguntarle, te responde con evasivas. En mi caso, el bloqueo lo llevé a cabo para quitarme el momento (si algún día llega a ocurrir), de cabreo al volver a hablarme, que no sé con qué cara vendría a decirme nada, pero lo hacen.
A mí me ha pasado en otras ocasiones, y a la que me dicen: “hola, qué tal?”, yo simplemente les contesto “bien” o los dejo en visto aposta. Algunos captan la indirecta. Otros me han llegado a responder que qué borde le contesto. Al preguntar que cuándo le contesté borde, me dijo: “ah, es que te había leído borde” y yo: “pues léeme simpática”

.