El apartamento en la playa puede ser un regalo envenenado.
No serían los primeros suegros hasta el toto del mismo, al principio muy bien y con los años cada vez más pereza ir, que el tiempo no pasa en balde, pero claro, hay que dar una vuelta de vez en cuando, a ver. Es lo que tienen las propiedades.
Así que hacen de la necesidad virtud: se lo ofrecen a la OP y marido. En teoría, genial ¿No? ¡Quien no querría que le regalaran días de estancia gratis a pie de playa en verano. Luego habría que ver situación y detalles, que imaginamos las Seychelles y a lo mejor es un pedregal y la “mansión” no tiene aire acondicionado y la cama con un colchón que se hunde,,,
Pero esos regalos generan servidumbres. ¡A ver quién es el guapo que le niega algo a la suegra! Por más fastidioso que sea. Es como contraer una deuda. Lo peor, una deuda que no terminas de pagar nunca. Porque te la recordarán siempre que la puedan utilizar. Quizá al principio no se dio cuenta de la trampa, y con los años y otras cosas, el marido ya la ve, y le quema mucho el plan. Pero mucho. Y año tras año igual. Eso para el no es un regalo si no una esclavitud.
La OP feliz, porque lleva muy bien las injerencias incluso de su familia política, y el marido…. Voy a seguir imaginando, con la experiencia que dan los años, que lo veo. Acostumbrado a ser mucho más independiente de sus propios padres que la misma OP, tanto pasar por el aro, una y otra vez… un día explota.
Las formas de enfadarse, parecen de alguien que está reconociendo su propia culpa, por no haber frenado una serie de situaciones que le queman. Y le queman porque no le gusta esa dependencia, tanta interacción INNECESARIA. No la tiene ni con sus padres, y ¿La tiene que tener con la suegra?
Pero su mujer NO lo ve. Muy frustrante
Estaría bien saber su punto de vista.
Me he aventurado mucho a imaginar, lo sé. Pero…