Yo cuando era adolescente, mis padres nunca cedieron antes mi caprichos. Si yo quería algo, me ahorraba la paga que me daban y me lo compraba, y regalos sólo me hacían en cumpleaños, Navidad y Reyes (que no solian ser cosas de moda o absurdamente caras). Por ejemplo, un capricho que tenía eran unas Buffalo, que valian 20.000 ptas allá por el año 99, y fui ahorrando de la paga que me daban hasta que conseguí reunirlas, y cuando vi todo ese dinero en mi bolsillo, pensé "realmente me merece la pena gastármelo solo en unas botas?" así que me lo fui gastando en otras cosas.