Vengo a contar una, en honor al título del hilo:
Familia de dinero, con la típica casa llena de vitrinas con cubertería, copas, juegos de té, estatuillas etc. Era casi como un museo. Total que el hijo mayor se casa y nos invitan a la fiesta prenupcial para conocernos todos (boda con invitados de muchos países distintos) en una villa impresionante, propiedad de la familia.
Yo llego allí y veo estantes llenos de copas de cristal preciosas, y un montón de "vasos" que no se cómo se llaman pero de toda variedad. Yo fascinada de toda esa ostentación.
En la fiesta comimos con platos y cubertería de plástico. El brindis, CON CHAMPÁN DE VERDAD, se hizo en vasos de plástico de los de cumpleaños para la coca-cola.
Mira prim@s... yo me vi en aquel jardín, con toda esa gente vestida de oro, con 20 vitrinas llenas de copas a escasos metros, y brindando champán con un vaso de plástico de niños... en la boda de SU HIJO... es que me eché a reír. Entre que iba un poco contentilla y en aquella situación... me pasé riendo hasta llegar a casa. Me despedí con casi lágrimas en los ojos.
Rosmerto apurado el pobre diciéndome: "Joe igual les da miedo que se rompan..." y yo: "claro que sí, cariño, mejor que acumulen polvo durante 40 años más, y veremos si la boda del próximo primogénito es lo suficientemente especial o no como momento."
Yo de verdad que seré pobre como las ratas y eso me hace ignorante, pero que los objetos no se usen jamás por miedo a que se rompan... es prácticamente no tenerlos. O peor, porque eso acumula mierda que no veas.