Hola prima, tú historia me recuerda un poco a la mía. Mi madre también ha tenido siempre dos caras, una la amable y buena que mostraba a los demás y otra la que tenía de puertas para adentro. No ha sido tan espléndida con los demás como la tuya ni nos ha tenido desatendidos a nosotros pero es cierto que siempre le ha gustado aparentar, que los de fuera le dijeran lo guapa que era ella o nosotros, lo limpia y apañada, que sabía hacer de todo. No tenía reparo en contar cosas personales tuyas que te dejaban en evidencia ante los demás pero ella obviaba contar las cosas que la dejaban en evidencia a ella. Ha sido muy rígida, toda mi infancia ha estado marcada por gritos, peleas, no hagas esto, no hagas lo otro y tarde de drama si se te caía un vaso al suelo y lo manchabas. Cuando digo drama significa que aún hoy en día si se me cae algo en casa de alguien me sobresalto y en agobio muchísimo como si hubiese cometido un error enorme. Recuerdo una vez que me metí a la bañera que estaba con agua demasiado caliente, me quemé los pies pero en vez de salir me quedé dando saltos sobre un pie y otro porque no quería mojar el suelo. Ese es el nivel de miedo que nos inculcó. Por supuesto, Doña Perfecta no recuerda nada de esto. No le consta, parece la Infanta declarando.
Parece una mamá cabro.... na, pero no mucho. Una psicópata no era. No conoces a las Narcisistas psicópatas.