No sé cómo titular el post para que sea breve y se relacione con el contenido. Quería hablar de la pena. No la pena personal de tristeza o por una enfermedad o muerte, sino por otras personas con algún tipo de circunstancia específica y, específicamente, gente que no conoces de nada.
Hoy he ido a un chino. Y he visto entrar a una madre con una chica con síndrome de Down. La muchacha tenía un rollazo vistiendo,era guapa también. Pero me vino otra vez el maldito pensamiento: 'Ay, qué penilla'. No por ella, porque me parecen personas incluso mejores en todos los sentidos que las que no tienen síndrome. Fueron al mismo pasillo que yo, de material escolar, y la madre le dijo: A ver qué compramos, pero que sea algo bueno; pero las gomas las tienes que cuidar,eh? noséqué... La llevaba de la mano, tendría 12 años o así. Y es como ese pensamiento intrusivo de: la pobre madre /tutora, cómo lo pasará, ay qué ver estas madres merecen el cielo, qué penilla, esto, lo otro.... Y luego hay otra parte en mí que ve a este tipo de personas como excepcionales, que desprenden alegría, que dan mucho cariño... Y es como: me gustaría borrar ese sentimiento de: Ay, la pobre. No sé si tiene algo que ver con un pensamiento infundado o interiorizado de nuestros mayores con respecto a gente 'diferente'. Al igual que existe la homofobia o el racismo o el machismo interiorizado, me surge la duda de si habrá algo similar con las personas con autismo, síndrome...
Otro ejemplo: veo por la mañana un montón de gente mayor, algunas fatal, algunas que ya no pueden ni con su alma, y pienso: "joer, qué pena, ay que ver la vida". Y me gustaría pensar: "esta señora o señor habrá vivido su vida y está en una fase que es normal en la vida".
Suelo pasar por un parque y hay un colegio de educación especial al lado, entonces sacan a un grupo a pasear, y cuando me los cruzo pienso: "madre mía, qué mal, qué pena, me siento fatal" porque ya empiezo a pensar en los familiares, en las complicaciones que pueda haber... Y me gustaría obviar ese sentimiento y pensar: "oye pues guay" o no pensar nada.
Lxs niñxs que llevaban (ahora no veo ya) parches en los ojos de pequeños, ese fue uno de mis primeros sentimientos de pena en la infancia. Y lo mismo, pienso en los padres que estarán disgustados, el pobre niñx si lo pasará mal...
Cuando veo a alguien pidiendo, siento pena. Lo que pasa es que en este caso es un pensamiento que se puede transformar en una respuesta positiva dándole dinero, por ejemplo.
No sé si estos pensamientos intrusivos (espero que no sean juicios de valor interiorizados!) podrían transformarse en positivos o neutros. La inclusión es una realidad a día de hoy y mi propósito en la vida querría que fuera no tener pensamientos de este tipo, que no dejan de ser una movida mental que me formo en mi mente a partir de un dato visual. ¿Es posible vivir sin esta pena esporádica? Pienso que la pena nos humaniza, nos puede llevar a la empatía, pero es que la pena que expongo no lleva a nada, porque al final son gente que te cruzas y ya está. Ellos no necesitan ni mi ayuda ni mi pena, y puede que sean hasta más felices que yo!