'Mi familia asturiana es muy asturianona', confiesa la Princesa en un discurso muy cercano que repasó sus mejores momentos en la región e incluso alguna anécdota como su gusto por los oricios
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Esa Asturias que la Princesa Leonor conoce tan bien "desde pequeñina", en la que ha sido "muy feliz" y donde se siente "muy a gusto", tal como ella mismo confesó, le entregó este jueves con mucho cariño, calidez y afecto la Medalla del Principado, la máxima distinción institucional de la comunidad.
Ella devolvió el gesto con unas palabras que pasarán a la historia, no solo por su valor institucional, al venir de la heredera de la Corona, sino también por su gran carga personal: "Llevo a Asturias en mi corazón. Y siempre será la patria querida que dice el himno, la tierra que da nombre al título que me designa como Princesa y, por tanto, servidora de España, y el lugar de origen de mi familia materna. Lo dije en mi primer discurso en Oviedo, en 2019: tengo sangre asturiana. Y eso no solo imprime carácter: es un orgullo y una alegría".
Lo agradezco de corazón", dijo Leonor. "Lo recibo con respeto y con la certeza de que, como lo sintió mi padre hace casi 40 años, significan algo muy importante: el compromiso que adquiero, que me guía y me guiará siempre, para ser merecedora de estos reconocimientos", señaló la Princesa en su intervención, en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, se encargó de entregarle la medalla durante un sencillo acto, acompañado por todos sus consejeros, salvo el de IU, Ovidio Zapico. Estuvieron presentes, además, los expresidentes Pedro de Silva, Antonio Trevín, Juan Luis Rodríguez-Vigil y Javier Fernández. Fue precisamente De Silva quien entregó al ahora Rey Felipe VI la medalla que, al igual que ahora Leonor, recibió tras su mayoría de edad.
A aquel día se refirió Barbón, quien incluso se permitió incluir en su intervención una cita del acto –que tuvo lugar en 1986– del entonces Príncipe de Asturias sobre la necesidad de construir "todos unidos" la realidad, algo que exige "una labor constante, una entrega sin vacilaciones". El presidente del Principado quiso hacer suyas esas palabras: "Afrontamos el futuro entregando sin vacilación lo mejor de nosotros mismos. En nuestra madurez autonómica, asumimos el protagonismo que nos corresponde como comunidad que es a la vez parte y agente de esta España plural y diversa, integrada de pleno en la construcción europea".