No sé ni como empezar a escribir este mensaje.
La verdad es que no sabía si realmente quería escribirlo o no. Pero aquí estoy.
Primero de todo: lo siento muchísimo. No te imaginas cuanto. Me duele leerte. Me duele y lo siento en cada centímetro de mi piel. Porque te leía y me leía a mi misma. Hasta el punto en el que he dudado si en alguna noche medicada hasta las cejas no lo había escrito yo.
Mi padre se marchó a finales de julio.
Se marchó tan solo 5 meses después de nuestro diagnóstico. Lo mismo. Perdóname pero no puedo ni verbalizarlo ni escribirlo.
Mi madré se marchó ahora hace 32 años. Por lo mismo.
Esto es lo más duro que me ha pasado en la vida.
Mi padre ha sido mi luz de guía. Mi ánimo, mi apoyo, mis ojos si las lágrimas no me dejaban ver, mis manos si no tenía fuerzas, mi cerebro si yo no podía pensar. No soy capaz de imaginarme la vida sin él. Y estoy intentando salir del pozo oscuro en el que estoy tras esto que nos ha pasado.
Pero es verdad que estuve hasta el último día con él. Como tú. Diciéndole que le amaba por encima de mis posibilidades. Que era un orgullo ser su hija. Que era mi héroe. Hasta el último momento llevó la enfermedad bien. Esperanzado. Hasta que todo empezó a empeorar. Demasiado pronto y rápido. Él también pidió la sedación. Y no me separé de él hasta que nos dejó. Le seguía hablando, abrazando, contando cosas ( como el horror de la inaguración de los JJOO, que a los dos nos encantaba un buen critiqueo ), rezando con él, bésandole y diciéndole que estuviera tranquilo.
Y pasó.
Y aún es muy reciente para que yo pueda ser ahora mismo de ayuda para ti. Pero quiero que sepas que me tienes para lo que necesites. Cagarnos en esta mierda de enfermedad, o hablar del vínculo tan inmenso que nos unía a nuestros padres. De que aún miro el teléfono y le veo en contactos favoritos y me da ganas de llamarlo, de que me pongo sus audios una y otra vez, pensando que solo está de viaje y mañana estará de vuelta.
Lo único "bueno" ( y me siento hasta sucia diciendo esto de todo este horror ) de esta enfermedad, es que nos ha unido más. El día a día, nuestras familias, el trabajo, la rutina, hace que no dediques tanto tiempo a los demás, pensando que tienes todo el del mundo por delante. Y no es así. Pudimos decirnos todo, dejar todo arreglado y celebrar su último cumpleaños rodeado de la gente que le quería que era mucha. Porque si algo era mi padre, es que era bueno. Y eso hace que me joda más todo.
Perdona si me he extendido más de la cuenta, y he ocupado un poco tu post. Aún tengo mucho dolor, lo echo mucho de menos, y es la primera vez que escribo dejando que las palabras salgan sobre todo lo que ha pasado.
Mucha fuerza. Mucho ánimo.
Tu padre estuvo, está y estará siempre orgulloso de ti.