El coronel Martínez Inglés (Cómo debe de estar disfrutando ese señor ahora) estimaba hace años en miles las amantes que de una forma u otra han pasado por el lecho de Su Majestad, bien engrasadas por las generosas donaciones de nosotros, subditos contribuyentes. Casa muy bien con la legendaria pulsión sexual borbónica: Su abuelo Alfonso XIII, adicto al s*x*, además de hacer escapadas para ver a decenas de amantes era productor por**gráfico en la clandestinidad. Comportamiento, al parecer, que ya tenía su bisabuelo Alfonso XII, que sólo duró una década y al que la propaganda de la Restauración (¿Nos suena?) vendió la imagen del rey melancólico "Dónde vas triste de ti". Su tatarabuela, la ninfómana Isabel II, protagonista de las míticas estampas "Los borbones en pelota", mostrando diversas imágenes costumbristas de la Reina recibiendo por turnos o simultaneamente a generales y ministros, siempre con la ayuda de Sor Patrocinio y observados tras las cortinas por su esposo. Y así podriamos seguir remontandonos por generaciones.
Si a la casa real británica no le fuese a afectar también negativamente el descrédito de la casa Borbón, seguro que se podría indagar algo más sobre la presunta persecución que hacía nuestro Rey, galán nato, hacia la mítica Diana de Gales. Claro que esta última no tenia un pelo de tonta ni necesidad ninguna de acceder a sus propuestas, no debió "caer".