Recuerdo que justo al lado de mi facultad, en Barcelona, estaba el Oratorio de Santa María de la Bonaigua y dos colegios mayores del Opus. A pesar de ser una universidad pública, estaba plagada de opusinos. Los reconocías por la forma de andar, por la forma de vestir y porque iban en comandita.
Había una chica que intentó captar a otra y se la llevó de fin de semana con otras chicas del opus y se apartó definitivamente.
Una curiosidad: son tan aficionados al trabajo que eran los primeros que pedían apuntes al resto de compañeros y pasaban de ir a clase siempre que fuese posible.
Había una chica que intentó captar a otra y se la llevó de fin de semana con otras chicas del opus y se apartó definitivamente.
Una curiosidad: son tan aficionados al trabajo que eran los primeros que pedían apuntes al resto de compañeros y pasaban de ir a clase siempre que fuese posible.