¡Totalmente de acuerdo contigo,
@Bluesky33!
Por circunstancias de la vida (salud), tardé más en colocarme que mis amigas de la carrera. Hasta entonces: "qué pena", "tienes que coger lo primero que te den" y otros muchos comentarios que no le consentiría ni a "mi madre" (en el sentido de que hay que ser muy osada para decir semejantes cosas...).
Además, se dio la circunstancia de que no tuve pareja durante todo ese tiempo. No quería y tampoco lo necesitaba, pero estaban empeñadas en liarme con los "despojos" de las cuadrillas de sus novios, en serio. Un día pasé hasta vergüenza ajena.
Luego, ha resultado que he sido la primera de ellas en sacar plaza de funcionaria y, para colmo y remate, mi pareja, sin ser de nuestra profesión, trabaja en un alto puesto público por encima de todas. Lo conocí a posteriori y en circunstancias totalmente ajenas al trabajo. Cosas de la vida.
Evidentemente, he cortado mucho con ellas. A una le dejé las cosas claras porque no soportaba sus comentarios de "superioridad" y ya no nos hablamos. Otra lo lleva tan mal que, de las pocas veces que hablamos (cumpleaños, Navidad...) y, sin poder disimularlo siquiera, lo primero que me pregunta es: ¿sigues con X? A veces, me da casi hasta risa... Disimula, hija, disimula... Con eso demuestra todo.
La mezquindad humana me resulta insoportable.
El resto de mis amigas y yo con ellas, nos alegramos de los éxitos de cada una y los celebramos. Si pasamos por un mal momento, nos apoyamos. Para mí, en eso consiste la verdadera amistad.
¡Saludos a tod@s! ¡Feliz sábado!