Yo no sé si fueron amores imposibles, o más bien que no le echamos coj***s, pero voy a contar dos míos.
Igual hasta me leen.
El primero era mi profesor de alemán. Era muy joven, y seguramente recién empezado a trabajar. Era diez años mayor que yo. Las miradas lo decían todo, y un día coincidimos en la cafetería de la escuela de idiomas y a partir de entonces hacíamos por vernos antes de clase. Yo le dije un día que tenía novio, no sé a cuento de qué, y se despidió amablemente y se fue. Ya no volvió a hablarme excepto para lo estrictamente necesario de clase. Me impactó mucho, creo que me enamoré por primera vez. Lo consideré una pérdida, y a día de hoy, creo que lo que me ocurrió después es que incluso hice duelo.
El segundo fue un amigo que me confesó estar enamorado de mí, pero como yo tenía novio, no pasó nada. Pero poco a poco me fui enamorando yo también. Cuando estaba decidida a dejar a mi novio, el chico se emparejó. Años más tarde yo me divorcié y llamé a este amigo para desahogarme y, ejem, arreglar asuntos pendientes (él también estaba divorciado). Pero la cosa no cuajó porque él no podía venir a vivir a mi ciudad ni yo a la suya, debido a las custodias compartidas, y no queríamos una relación a distancia per secula seculorum.
A ambos los recuerdo todavía con una sonrisa, aunque estoy felizmente casada y enamorada, pero fueron historias bonitas.