Depende lo que entendamos por prost*tutas. Lo que tengo claro es que los consumidores de pornografia, de OF o de la prostit*ción van todos en el mismo saco de seres impresentables y carentes de empatía.
Bueno, no sé, prima; hay muchos tipos diferentes de contenido X. Desde luego, si te
entretienes con un vídeo donde se simula un abuso, tienes una avería muy seria en la cabeza... Pero también hay cosas bastante normalinas por ahí.
Cuesta entender tanto odio contra los hombres que ven por**grafía.
¿El s*x* os parece algo depravado o malo? ¿En que perjudica a nadie que una persona pase un buen rato viendo imágenes de desnudos? Utilizar la imagen propia para ganarse la vida es algo que hacen desde las modelos de ropa hasta los/las que se arrejuntan con un rico para que les pague las cuentas, pasando por futbolistas, por cantantes y por tantos otros.
Lo que está claro es que después de décadas de lucha contra la moral católica, hemos conseguido volver al punto de inicio. No sé si se tratará de una prueba de la circularidad de la historia o del tan gatopardiano cambiarlo todo para no cambiar nada.
Yo no odio a los hombres que ven contenido X; simplemente, no soy consumidora de esa clase de vídeos. Ni siquiera se trata de un tema moral; los aborrezco, eso es todo. Tengo muy asumido que la mayoría de hombres sí disfrutan con estas cosas y que es muy difícil encontrar una pareja que no lo vea, así que ya me resigné en ese sentido.
Es cierto que en la industria pornográfica se pueden hallar una gran variedad de historias y experiencias muy oscuras; al menos, en Europa. Peor aún: si encuentras ese contenido por internet, nunca podrás saber de dónde procede y la trata también genera esta clase de vídeos (ejem).
Al final, esto es lo de siempre: al consumidor no suelen interesarle las circunstancias que el trabajador esté atravesando, sino que solamente quiere obtener el producto de su interés. Aplíquese al contenido X, la prostit*ción, las strippers o las camisetas que provienen de Bangladesh. Tal vez, si los puteros supieran las condiciones que atraviesan muchas prost*tutas, se lo pensarían dos veces antes de acudir a los prostíbulos... Pero como les da lo mismo, el oficio más antiguo del mundo sigue en funcionamiento. Y seguirá
per saecula saeculorum. Ídem con el contenido X.
Aunque ya estoy divagando muchísimo, te diré también que siempre sentí estos problemas son mucho más grandes que nosotr@s. Las historias vitales de muchas prost*tutas y actrices por** son desgarradoras, pero no me parece que esos negocios vayan a caer nunca. De la misma forma, yo sigo comprando camisetas hechas en Bangladesh - la vida está llena de hipocresías como esta.
Ahora bien, esto no quita que el contenido X actual incluye aberraciones y salvajadas con las que solamente pueden disfrutar animales.