Últimamente no escribo mucho más que para poner chorradas cortas, pero es que el único momento del día que tengo para meterme aquí es cuando mi padre me lleva o me recoge del trabajo y es un trayecto corto, así que no me da tiempo a explayarme porque ya llego a casa a las 15:15 y me convierto en mamá 100% sin tiempo ni para ir al baño sola hasta la mañana siguiente, que vuelvo a la oficina
Así que este post tendrá respuesta a cosas que habéis estado hablando estos días y que no he podido contestar “bien” hasta ahora, puedo dedicarle un rato más.
Primero que todo, mucho ánimo a las que os habéis reincorporado al trabajo estos últimos días u os queda poquito. Yo ya llevo mes y medio y se me ha pasado en un tris. Recordad que yo no solo me incorporaba, si no que ha habido cambio de empresa, de ciudad y de vida, y los primeros días entre que todo era nuevo, que hemos estado un mes en casa de mis padres, y que tenía la mente más en casa que en la oficina se me hizo muy, muy cuesta arriba. Llegué a pensar que me había equivocado y que no deberíamos habernos mudado. Tuve mucha, mucha, mucha ansiedad, mi TCA al máximo y bueno... aun siendo lo que quería no fue fácil.
¿Sabes cuando llevas mucho rato cocinando, que hasta que no quitas el extractor no te das cuenta del ruido que hacía? Pues volver a trabajar después de ser madre ha sido muy parecido para mí. Es como que tengo una parte de mi cerebro pensando todo el rato en mi hija, como ese ruido de fondo. Los primeros días lo oía muchísimo y ahora ya he aprendido a vivir con él y puedo centrarme en trabajar. No sé si logro explicarme.
Como todas, yo también tenía mis miedos: que si no coge biberón, que si le cuesta dormir, blabla… pues hija, será que vio que no había más tutía que el primer día ya se tomaba los biberones que daba gusto

y cada día un poco mejor. El dormir, pues ha habido días de todo tipo, sobre todo peor al principio que yo creo que se despertaba solo para comprobar que yo estaba ahí.
Pasamos muchas semanas de mucha ansiedad por su parte. Cuando volvía a casa no podía desaparecer de su ángulo de visión ni un segundo, casi ni que la cogiera mi marido, solo podía ser conmigo. Perdón por la escatología, pero he hecho número 2 con mi marido y ella mirándome, porque era inviable de otra manera

ahora ya parece que está más tranquila y que ha entendido que mamá va a volver.
Una de las mayores putadas de volver a currar es que ha coincidido con un momento de estallido motor en mi hija. No es que antes no hiciese nada, al contrario no para quieta desde la barriga, pero entre el inicio de la AC, sentarse solita, imitar los 5 lobitos, las palmitas… en fin, que se hace mayor y casa día está más graciosa, que la semana que viene ya cumple 8 meses, está a un tris de gatear y da mucho coraje tener que perdérselo.
En fin, quería poner mil cosas más pero no quiero hacerlo aun más largo.