Pues muy bien. Yo trabajo con gente del Opus. Algunos son buenos compañeros, brillantes y buenas personas y a mí me parece genial.
Pero hay testimonios que describen situaciones de control de la personalidad y falta de libertad y acoso cuando se quiere dejar de pertenecer a ese grupo, rozando lo delictivo.
A mí personalmente cualquier colectivo que se comporta como mafia, protegiendo a los suyos aunque sean unos delincuentes o colocándose entre ellos para obtener el poder me da asco, pero eso no es exclusivo del Opus, aquí caben más: sindicatos, partidos, asociaciones varias...