Os cuento un chiste que contaban mis monjas.
Está San Pedro a las puertas del Cielo, para decidir quien entra y quien no. Y de repente lo avisan de que el jefe quiere hablar con él. Se tiene que ir, pero no puede dejar la puerta desatendida. Así que le pide a San Mamés que se ponga él un momento, y San Mamés le dice:
- Ay va la ostia Pedro, y como se yo a quien coj*nes dejó pasar y a quien no, me cago en tal
Y le dice San Pedro:
- Mira, tú les das a elegir a ver que prefieren si un fajo de billetes o una biblia. El que coge la biblia pasa, el que coge los dineros, pa´bajo. Es fácil. No tardo nada.
Se queda ahí San Mamés y aparece un alma. Y le dice: A ver, que coj*nes coges, la biblia o este dinero. Y dice el alma: por supuesto cojo la biblia. Vale, dice San Mamés, pues pasa. Pero, espere, espere San Mamés, déjeme por favor un billete para marcar este pasaje del Evangelio de San Mateo que me encanta. Y otro, si, por favor, para señalar este versículo de los Hechos de los Apóstoles. Total, que poco a poco, el alma va marcando toda la biiblia y usa para ello todo el fajo de billetes. Pasa para el cielo y San Mamés se queda algo pensativo.
Cuando vuelve San Pedro, le pregunta a San Mamés: oye, dónde está el dinero? Y la biblia? Y san Mamés le cuenta lo que ha pasado. San Pedro lo mira con pesar y le dice: Joer Mamés, eres tonto. Ya se nos ha colao otro del Opus pa dentro, y este no es su sitio.
Está San Pedro a las puertas del Cielo, para decidir quien entra y quien no. Y de repente lo avisan de que el jefe quiere hablar con él. Se tiene que ir, pero no puede dejar la puerta desatendida. Así que le pide a San Mamés que se ponga él un momento, y San Mamés le dice:
- Ay va la ostia Pedro, y como se yo a quien coj*nes dejó pasar y a quien no, me cago en tal
Y le dice San Pedro:
- Mira, tú les das a elegir a ver que prefieren si un fajo de billetes o una biblia. El que coge la biblia pasa, el que coge los dineros, pa´bajo. Es fácil. No tardo nada.
Se queda ahí San Mamés y aparece un alma. Y le dice: A ver, que coj*nes coges, la biblia o este dinero. Y dice el alma: por supuesto cojo la biblia. Vale, dice San Mamés, pues pasa. Pero, espere, espere San Mamés, déjeme por favor un billete para marcar este pasaje del Evangelio de San Mateo que me encanta. Y otro, si, por favor, para señalar este versículo de los Hechos de los Apóstoles. Total, que poco a poco, el alma va marcando toda la biiblia y usa para ello todo el fajo de billetes. Pasa para el cielo y San Mamés se queda algo pensativo.
Cuando vuelve San Pedro, le pregunta a San Mamés: oye, dónde está el dinero? Y la biblia? Y san Mamés le cuenta lo que ha pasado. San Pedro lo mira con pesar y le dice: Joer Mamés, eres tonto. Ya se nos ha colao otro del Opus pa dentro, y este no es su sitio.