Charlie se describe como una mujer de excesos. «Demasiado curiosa y juguetona», «demasiado hedonista para satisfacerme con lo mundano» y «demasiado...
www.elmundo.es
Charlie se describe como una mujer de excesos. «Demasiado curiosa y juguetona», «demasiado hedonista para satisfacerme con lo mundano» y «demasiado carnal para negar los placeres del cuerpo». Vive en Amsterdam, mide 1,83 metros, es castaña y de piel clara. Como escort de lujo, su tarifa varía según la duración, la ubicación y las actividades del encuentro. En su página web asegura que está dispuesta a casi todo para satisfacer a sus clientes. Con las iniciales FMTY (Fly Me To You — «Llévame a ti») deja claro que sus servicios no tienen fronteras. Sin embargo, confiesa a Crónica cuál es su lugar prohibido: Dubai. «Siento que el riesgo es demasiado grande y no me atrevo a trabajar allí... Hay lujos y dinero fácil en torno a Dubai que me parecen preocupantes».
La cautela de esta prost*t*ta se debe a los rumores que ha escuchado sobre multimillonarios, mujeres hermosas, prácticas sexuales humillantes y torturas. Ocurre, al parecer, en fiestas privadas. Casualmente, Maria Kovalchuk, una modelo ucraniana de OnlyFans y de tan sólo 20 años, fue invitada por dos supuestos empresarios del mundo del modelaje a una fiesta privada en Dubai el 9 de marzo. Tras 10 días desaparecida, la encontraron. Estaba tirada al lado de una carretera, ensangrentada y con la columna, las piernas y los brazos rotos. Viva de milagro.
Riesgos impagables
En alerta por ese tipo de noticias, las trabajadoras sexuales evitan prestar sus servicios en esa ciudad. Según el apartado FMTY de la página web de Irina, otra escort, «para un encuentro FMTY con todo incluido, la tarifa semanal ronda los 50.000 dólares neozelandeses, lo que equivale a unos 7.000 dólares por día...». Además, el cliente debe responsabilizarse de todos los gastos de vuelos, estadías, comidas y todo lo que ella necesite.
Pero no hay dinero suficiente que pague el riesgo de ir a Dubai. «He escuchado muchas historias peligrosas y aterradoras», justifica a Crónica. Su colega Charlie agrega que allí las mujeres de su gremio «son irrespetadas, abusadas y violadas; les quitan sus pasaportes y las obligan a participar en actos sexuales extremos».
«No hemos podido brindar servicios en Dubai desde hace un año. Es un lugar extremadamente peligroso para las trabajadoras sexuales», afirman desde una agencia internacional de escorts. Pero, en cuanto a los misteriosos eventos privados, las prost*tutas no son el objetivo principal. Desde la agencia explican que «no invitan a trabajadoras sexuales normales. Generalmente, prefieren influencers y chicas que ofrecen contenido para adultos en OnlyFans».
Las trabajadoras sexuales en Dubai son irrespetadas, abusadas y violadas; les quitan sus pasaportes y las obligan a participar en actos sexuales extremos
Charlie, 'escort' internacional.
Estos eventos tienen un nombre particular: Porta Potty. Literalmente, «baño portátil». En los encuentros, los supuestos jeques u otros multimillonarios obligan a sus invitadas a realizar actos sexuales viles. Son tratadas como un porta potty. A cambio de grandes sumas de dinero y regalos, piden a las mujeres que se dejen defecar y orinar encima. Además de otras repulsivas solicitudes que, más que prácticas sexuales, son torturas. «Las cifras mencionadas son de 50.000 dólares por chica, en fiestas de un día... Incluso recogen a las chicas que les gustan en sus jets privados... Prefieren especialmente a europeas y rusas», detallan desde la misma agencia internacional de escorts.
El término se asomó a las redes sociales en 2022, a través de testimonios anónimos de supuestas víctimas o testigos. En el testimonio más desgarrador distribuido en redes sociales, una chica anónima de 24 años contó que una amiga la invitó a descubrir los «encantos» de Dubai, donde podría obtener un montón de dinero fácil. Habla de un hombre que le ofreció 50.000 dólares más lo que deseara de las tiendas de lujo.
A cambio, la joven debía aceptar pasar la noche con él. «Pensé, "nadie tiene que saber que he intercambiado mi cuerpo por joyas y ropa. Estoy lejos de casa, y lo que pasa en Dubai muere en Dubai"», escribió la presunta víctima. Seguidamente, describió cómo fue esa noche en la que aquel hombre y cuatro más abusaron de ella de formas inimaginables. La chica finalizó su escrito contando lo humillada, degradada y arrepentida que se sentía por haber aceptado el dinero de aquel hombre.
Yo allá me sentía muy tranquila, muy respetada. Te tratan muy bien, como princesa
Influencer mexicana que vivió en Dubai.
Sobre el machismo en esta ciudad, los usuarios en redes sociales también han opinado. «Yo he trabajado para la aerolínea Emirates y ya os digo que las fiestas a las que nos invitaban había hasta príncipes. Yo fui a una y porque era un brunch en un barco y de día! y JAMÁS volví a ir... Pasa todo lo que has visto en películas y más. Con decirte que había chicas actuando como si fueran perros de compañía sentadas en el suelo al lado del hombre», comentó esta semana una usuaria en TikTok.
Un hombre que trabajó en un hotel de lujo en Dubai también critica la conducta de árabes multimillonarios: Él trabajaba en el servicio de comida en las habitaciones. «Vi mujeres en habitaciones llenas de árabes, sobre todo en la época de Ramadán... Por ejemplo, atendí a un príncipe en la habitación 601, la más grande del hotel. Yo sólo vi a una bella mujer, que entró durante mi servicio al cuarto. Asumo que era rusa porque había llegado ese día a Dubai desde Rusia. No te puedo asegurar que era una prost*t*ta, pero uno juzga en base al momento». «Es un turismo sexual muy bien disfrazado y podría decir que, hasta bien regulado, no es como Tailandia o Filipinas», finaliza.
Radha Stirling, directora ejecutiva de la organización Detenidos en Dubai, con sede en Londres, advierte de los riesgos que enfrentan las mujeres en este destino, particularmente las que viajan atraídas por promesas de lujo y oportunidades financieras. Asegura que el caso de Maria Kovalchuk «no es un incidente aislado». «Dubai se presenta como un lugar de ley y orden, pero esto no se aplica a la élite, a los que tienen influencia, ni a los hombres que usan a mujeres extranjeras para fiestas, eventos o entretenimiento privado. El caso de Maria, y muchos otros como el suyo, debería servir como una llamada de atención», asevera Stirling.
Las víctimas son las castigadas
Al mismo tiempo, la directora de Detenidos en Dubai, critica la imagen idílica de la ciudad que se da en redes sociales. «Contribuyen a la ilusión de seguridad y lujo. Estas publicaciones a menudo son el resultado de viajes pagados o colaboraciones con juntas de turismo, e ignoran por completo el peligroso trasfondo que afecta a tantas mujeres. Esta imagen falsa pone en riesgo a más personas al atraerlas a un entorno donde la justicia es a menudo inaccesible y las víctimas son castigadas en lugar de protegidas».
Stirling relata que, si una mujer denuncia una agresión sexual u otro episodio violento, corren el riesgo de ser ellas las encarceladas. Por eso, las embajadas aconsejan no hacerlo. «Trabajadoras domésticas, modelos y artistas de Europa del Este, Asia y África, han tenido aún menos opciones, y muchas se han enfrentado a amenazas, la confiscación de sus pasaportes o han quedado atrapadas bajo contratos forzosos. En numerosos casos que hemos enfrentado, se prohibió viajar a las mujeres o se les presionó para que guardaran silencio para proteger la reputación de los abusadores», lamenta.
La modelo de OnlyFans ha sido sometida a cuatro cirugías y aún no ha podido hablar, según relató su madre a medios ucranianos. La versión oficial es que se fracturó todas las extremidades y la columna tras caer, desde una gran altura, de una «obra de construcción restringida». Aseguran que las investigaciones policiales continuarán. Pero ya muchos dudan de la hipótesis de partida. Radha Stirling, la primera: «Hay que cuestionar la credibilidad de las declaraciones oficiales de Dubai, sobre todo teniendo en cuenta su larga práctica de controlar las narrativas, censurar a los medios de comunicación y evitar la rendición de cuentas».