Jo, en Aragón ha vuelto el verano después del respiro de las lluvias. No son los 40 grados de hace dos semanas pero fue “otoño” un día, ahora ya tenemos 32 grados otra vez. Me temo que septiembre no se va a diferenciar mucho de junio.
Me autocito porque efectivamente septiembre ha sido junio pero es que octubre está siendo agosto. Ayer en casa tenía 32 grados, a mediodía alcanzamos siempre los 34-36 grados! En octubre! Nadie ha sacado la ropa de invierno, ni siquiera la de entretiempo, porque seguimos yendo con sandalias y manga corta.
Ayer estaba hasta enfadada, no estamos en la estación que dice el calendario. La temperatura de la casa no baja, por las noches hace calor, sigue habiendo bichos que los pobres van locos y hasta las macetas están echando flor. Vamos, un verano en toda regla.
Lo que me entristece profundamente es pensar que esto va a ser así ya, las estaciones como las conocíamos van desapareciendo; cuando yo era niña, en septiembre empezabas el cole con una chaquetita y en octubre ya ibas con abrigo.
Ahora estamos en verano de abril a noviembre, en diciembre hace fresco, en enero y febrero hace frío helador, en marzo diluvios y aire, y en abril otra vez verano (por lo menos aquí). Vamos a climas extremos, con muchísimo calor, muchísimo frío, heladas y lluvias torrenciales y sequía.
Y a ver qué ocurre en diciembre porque recuerdo perfectamente que el año pasado estuve viendo mercadillos navideños en la ciudad con el abrigo en la mano porque podríamos haber ido en camisa fina sin pasar nada de frío.