El año lo empecé mal. El año anterior también lo habíamos acabado muy mal: habíamos sufrido la pérdida de alguien cercano y quedamos todos un poco tocados. Mi pareja está sin trabajo porque su empresa cerró hace unos meses. Y por si fuera poco llevamos meses luchando contra la infertilidad.
De regalo de Reyes me llevé una beta negativa tras una transferencia del único embrión que habíamos obtenido en nuestro primer ciclo de FIV. Poco después, nos invitan a un cumple infantil lleno de niños y bebés, salimos de ahí destrozados emocionalmente y preguntándonos por qué los demás sí y nosotros no. Días después me entero del embarazo de una amiga, me termino de hundir en la miseria, muchas lágrimas de rabia e impotencia. Al poco intentamos un segundo ciclo que también nos va fatal. Lo vemos todo muy negro. Más dinero tirado a la basura, estamos tirando de ahorros y tenemos que despedirnos de nuestros planes de comprarnos una casa. Estoy muy estresada con todo, se me cae el pelo.
Entra la primavera, cumplo años empezando mi tercer ciclo, me levanto esa mañana triste y embajonada porque he cumplido 40 y aún no he conseguido ser madre, pero mis amigos me organizan una fiesta sorpresa que consigue levantarme el ánimo.
Empieza el verano y las cosas comienzan a brillar bajo una nueva luz. Me hacen una transferencia de otro embrión y ese da en la diana, tengo el primer positivo de toda mi vida.
Mi pareja encuentra curro nuevo después de varios meses en el paro. El embarazo supera la barrera de las 12 semanas y las ecografías y todos los análisis están saliendo bien, ya lo podemos contar, están todos muy felices por nosotros.
Y las cosas solo han ido evolucionando a mejor. He terminado el año con un bombo de casi ocho meses, mi bebé está bien, el embarazo está yendo bien, tenemos trabajo los dos, mis padres y mi suegra están bien de salud y mis amigos también. Aún no vamos muy holgados económicamente pero no nos podemos quejar de la vida, y menos aún en comparación con lo mal que empezamos el año. Mis amigos me vuelven a sorprender nuevamente haciéndome un baby shower precioso con un montón de regalos que nos han ahorrado bastante dinero.
El único punto negativo ha sido el cambio a peor en mi relación con quien yo tenía por mi mejor amiga, que en todo mi embarazo apenas se ha preocupado por mí, me ha visto una sola vez y ni siquiera fue a mi baby shower porque tenía una excusa ridícula. Ahora tiene una nueva "amiga" que la tiene completamente absorbida y a mí me ha dado de lado. Pero no estoy dejando que este hecho me amargue la experiencia, ella sabrá cómo está actuando y afortunadamente tengo a otras personas en mi vida que sí están presentes.