La verdad es que me encuentro en una encrucijada. Siempre he tenido poquito pelo, aunque desde hace unos años se ha quedado reducido a la mínima expresión. Hace cosa de dos años comencé a ponerme extensiones y no os podéis imaginar los comentarios de la gente…de verdad, como si me hubiera vuelto otra persona que multiplica su belleza por diez.
Nunca le di importancia a mi pelo, consciente de que no era mi punto fuerte, pero no me esperaba un cambio así. Con este panorama, me aferré a llevarlas todo lo que pude aunque (como nada es perfecto en esta vida) resultó que eran visibles en cuanto me crecía el pelo, es decir, a la semana de ponérmelas.
Así que, con mucho disgusto, me las tuve que quitar en enero. Ahora estoy haciendo tratamientos naturales y tengo la duda si empezar con el tricologo (me ha dado un presupuesto que me puedo permitir, pero os leo y no sé si merecerá la pena el tiempo y la energía invertidos). Claro está, el miedo es ir a peor, porque nunca he tenido pelo en cantidad y a mejor veo imposible ir.
En fin, gracias por leer esta parrafada, espero que para alguien tenga sentido. Os deseo de todo corazón suerte con los tratamientos.