Uf, sin duda... me han llegado a oídos casos de conocidos. Los odios son indescriptiblemente viscerales, y hay gente que acaba muy trastornada, o con la autoestima profundamente dañada. Desde adicciones al alcohol en la más profunda soledad, hasta el pensar el ver las drogas como la mejor evasión.Se dice que no hay amor más incondicional que el de la familia...hasta que muere algún miembro y deja una herencia; cuando estas cosas suceden de repente incluso el más indefenso saca colmillos, de pronto no ves más que tiburones hambrientos persiguiendo un rastro de sangre.
Por el momento, mi relación con mi hermano es estupenda. Le he pagado estudios privados e incluso psicólogo (casi no uso el dinero que gano), y él ha cuidado de mí cuando mi vida dependía de una máquina, estando dispuestos él y su pareja de mutuo acuerdo a cuidar de mí si me viese solo y tan dependiente como en aquellos días. Esto no fue así siempre, hubo un tiempo en el que no nos tolerábamos, en especial de adolescentes.
Gracias por tus palabras y el recordarme esto. Me son verdades como puños, por excepcionales que me puedan parecer.