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Por cierto nunca uso chat gpt porque me da algo de miedo hacerme comodona, usar san google ya es mi tope. No sé si os pasa.
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Consejos vendo que para mí no tengo.Vaya espectáculo tan revelador. Resulta curioso ver cómo, en vez de debatir las ideas que planteo, preferís despacharme con descalificaciones, risitas y suposiciones personales (“está resentido”, “se masturba demasiado”, “es un troll”). Entiendo que es más fácil recurrir a la burla que morder el pastel de la realidad. Si tuvieseis un argumento mejor que la falacia ad hominem, lo habríais exhibido ya.Lo divertido es que os molestéis tanto cuando señalo algo tan obvio como que la juventud y la fertilidad de la mujer actúan como un imán en el proceso de cortejo, igual que en vosotros ejerce atracción el éxito, la solvencia o el liderazgo masculino. Si os parece que en una relación es más interesante un hombre ambicioso, admirado, capaz de transformar el mundo, ¿por qué os sorprendéis de que, en el espejo opuesto, el capital de juventud sea tan apreciado? Es un intercambio de “recursos” biológicos y psicológicos que ha existido desde siempre. Negarlo no lo hace desaparecer.
Por otro lado, no confundamos la valía humana con la demanda en el mercado de las relaciones. Como personas, valemos exactamente lo mismo, sea cual sea nuestra edad, género o trayectoria. Pero si nos enfocamos en el terreno de las relaciones, es innegable que la edad pesa inifinitamente más en la mujer, del mismo modo que la posición social y la capacidad de proveer pesan en el hombre. ¿Es injusto? Quizá, pero la naturaleza no pregunta si nos parece bien o mal; simplemente sucede.
Me hace gracia la hipocresía de algunas que dicen: “No quiero un hombre que no sea ambicioso, estable o que no me ofrezca seguridad”, mientras a la vez se escandalizan si un hombre valora la juventud o, simplemente, esa frescura emocional que se suele tener a los 20, antes de acumular decepciones y desgaste. Resulta que vosotras tenéis todo el derecho del mundo a rechazar un hombre que no cumpla vuestros estándares, pero si él se atreve a admitir que prefiere una chica joven y sin un historial de veinte rupturas traumáticas… ¡es un cavernícola! Huele a doble rasero desde aquí.
De todas maneras, ofenderse no cambia nada. La biología no negocia y, cuanto antes lo aceptemos, mejor sabriais jugar vuestras cartas. Así que, quien quiera rebatir estas ideas, que traiga datos o argumentos sólidos; los insultos, las mofas o las presunciones sobre mi vida personal solo demuestran que no tenéis nada más que ofrecer. Y, por supuesto, podéis seguir tirándome piedras… pero eso no va a mover un ápice la realidad.
Te ha faltado poner lo de que los feos también fol.lian.Toda mujer lo sabe, aunque pocas lo admitan: si tuviera diez o veinte años menos, ofrecería más belleza, décadas de piel tersa y luminosa, un aroma más embriagador, más vitalidad, menos suspicacias y menos heridas emocionales que, tarde o temprano, emergen para sabotear la relación. Y todo hombre, aunque jamás lo diga en voz alta, lo sabe también. Lo siente. Lo lamenta.
Es la misma certeza silenciosa que experimenta un hombre común cuando se mira al espejo y se pregunta qué pasaría si en lugar de ser "Paco, el camarero del bar de la esquina", fuese un CEO influyente, un líder respetado, alguien que transforma el mundo a ojos de su mujer. No es difícil imaginar la diferencia: en un caso, a duras penas es tolerado; en el otro, sería admirado con devoción por parte de ella
Aunque hay que decir q en ese escenario, donde su poder y su influencia le permitirian elegir, no se quedaría con su Ana de siempre por amor al arte. No. Haría lo que cualquier ser humano con opciones hace: escoger lo mejor. Y lo mejor, en términos de deseo masculino, es lozanía, esplendor físico y frescura emocional, no resentimientos acumulados, no miradas que llevan consigo el peso de decepciones pasadas.
Esta es la realidad, no es crueldad, es simplemente la naturaleza funcionando como siempre lo ha hecho. Y lo realmente demoledor no es que sea verdad, sino que os tapais los ojos y autoconvenceis de lo contrario
JajajajjajajaDel único ñoco que ha catao en vida: el que le alumbró.
Y si quiere bolsa, ¡se la compré usté!Dios santo, pero por qué siempre vuelve?
Que sí señor, que ya le hemos escuchado, suéltenos el brazo.
Gracias por lo de irresistibles.Vaya, qué sorpresa. De nuevo, en lugar de refutar con lógica, recurres al ataque personal, al “eres un fracasado” y demás clichés reciclados, se vuelve a cumplir aquello que solo hay una mujer en el mundo con mil rostros, en vez de hablar con individuos, parece que hablo con una unica persona jaja todas sufris de las mismas inercias irresistibles XD. Y lo mejor es que ni siquiera os dais cuenta de que, en el fondo, lo que decís confirma mi punto: la mayoría de hombres hoy son pusilánimes? pues claro que si, son como vosotras, abducidos por el pensamiento imperante, desconectados de su esencia, incapaces de enfrentarse a la realidad sin doblar la rodilla, exacto
. Y sí, eso es un problema. Pero, ¿sabes quiénes lo han alimentado? Justamente vosotras, premiando a los “aliades”, a los tipos que os dicen lo que queréis escuchar, a los que se disfrazan de feministas mientras intentan colarse en vuestra cama con discurso de ONG.
Esos son los hombres que conocéis. Tipos domesticados, sin norte ni identidad propia, criados en una sociedad que les dice que ser hombre está mal, que deben reprimirse, suavizarse, pedir perdón por existir. Y aquí viene lo irónico: estáis hartas de ellos. No los respetáis. No os despiertan ni media emoción.
Y, sin embargo, cuando os cruzáis con un hombre que no os baila el agua, os chirría, os molesta… pero en vuestro anhelo más profundo desearíais tener un hombre así. Porque un hombre que no se pliega, que no busca aprobación, que se rige por su propia verdad, es el único que despierta vuestra admiración y deseo real y que os sacaria de vuestra confusion e insatisfaccion vital.
Pero, por desgracia, la mayoría nunca tendrá la oportunidad de cruzarse con uno. Porque ya casi no quedan. Y viendo el rumbo de la sociedad, cada vez habrá menos.
Tambien hablas de que los hombres tienen miedo de quedar solos. Y de nuevo, eso aplica a los mismos pusilánimes a los que lleváis años domesticando. Un hombre de verdad, que han mantenido su esencia masculina intacta, no tienen ese problema. El amor es accesorio, esos hombres siguen eligiendo, siguen teniendo opciones y siguen siendo los que marcan el ritmo.
Y sobre el “pastel” que mencionas… , mi parte me la sirvo yo mismo. No espero validación, ni aprobación, ni pertenecer a un sistema que se ha vuelto ridículo. Veo lo que hay, lo entiendo y sigo mi camino. No como esos “hombres” que os rodean, que son un reflejo de vuestra confusión, de un mundo donde nadie se atreve a hablar con verdad porque teme ser señalado.
La gran pregunta que os tendriais que hacer es: ¿ No os dais cuenta que el discurso con el que os han alimentado no os da la paz ni la felicidad que os prometieron? A la vista de todos esta por este hilo y la mayoria que pueblan este foro que andais bastante insatisfechas