Qué risa , esto me ha recordado hace años estando yo en una app de esas infames (no era Tinder pero no voy a decir cuál es porque no me pagan por hacer publicidad), era una app digamos más lenta que Tinder porque tenía perfiles más elaborados y seleccionabas mejor quien te podía hablar.
Al caso , me pongo a hablar con un señoro de mi edad más o menos y empezamos con las típicas preguntas , a lo que el susodicho me cuenta que era procurador en los Tribunales, yo le sigo la conversación ( para lo que estoy sobradamente preparada), y le especifico que en mis tiempos mozos comencé la carrera de derecho pero que la dejé sin acabar por motivos varios.
Yo no especifiqué a qué me dedicaba porque era más complicado y susceptible a interpretaciones varias , pero yo ya tenía mi propio negocio, algo que le hubiese contado en persona y no por la app.
Peeeeeero este señoro con aires de grandeza por ser procurador entre otros 300 procuradores de repente tuvo la gentileza de comunicarme que prefería no seguir hablando ni conociéndome , porque claro , yo no había acabado la carrera y no íbamos a estar al “mismo nivel “, a lo que yo elegantemente le dije “ ok , sin problemas, que te vaya bien “ .
Unos días después, repito , SOLO unos días después, tuvo a bien escribirme para comunicarme que su altísima majestad podría hacer la excepción conmigo y yo podría tener el inmenso honor de seguir conociéndole , invitación que por descontado aquí la menda declinó.
Lo que no sabe el muy iluso es que mi empresa factura probablemente más del triple que él como procurador, y que además soy una tía bastante salerosa que eso no está “pagao “.
En fin, primas , aires de grandeza de gente que se cree alguien.
Por cierto, en mis tiempos mozos hice todo tipo de trabajos honrados y yo más que orgullosa, fui repartidora de publicidad, camarera, pinche de cocina y hasta limpié los baños del restaurante en el que trabajaba. Nunca he pensado que me definan ni mi cuenta bancaria ni mis estudios , pero sí la forma en la que trato a los demás.