La relación está en que los humanos somos mamíferos generalmente uníparos cuyas crías tardan muchos años en madurar. Sí o sí necesitamos de la sociedad para su supervivencia. Una persona con hijos que se le plantea la hipótesis de elegir entre un animal y una persona, inmediatamente va a pensar en sus hijos. Porque así puede sobrevivir la raza humana, hoy por ti, mañana por mí.
Probablemente la gente que elige al perro, entre todos tendrán un total de 0 hijos.
Yo voy a dar otra teoría.
Seguramente muchas de las personas que no tienen hijos han volcado ese cariño que, natural y biológicamente, volcamos hacia los hijos en una mascota y suplen la falta de ellos con su mascota por lo que, llegado el caso, ven a su mascota como una especie de hijo porque aunque no sea humano, han volcado su amor maternal/paternal en ellos ante la falta de un lugar mejor y lo quieren como a un hijo por lo que cuesta sacrificarlo por un humano desconocido.
Yo no tengo hijos, me gustaría haberlos tenido y aún tengo ganas de tener (si puedo tendré pero ya empiezo a ser mayor), pero tengo mascota y si, la quiero más que a muchas personas.
Pero no más que a un desconocido random por la calle que eso es "fácil", la quiero más que a gente de mi propia familia.
Quizás la pregunta debería ser que clase de sociedad tan individualista nos hemos vuelto (redes sociales, teletrabajo, ancianos solos, gente sin hijos porque no puede tenerlos, etc.) Que preferimos a nuestra mascota que a una persona humana y que esto llega a ser siquiera un debate??
La culpa no es de la persona que plantea el debate que puede estar más o menos acertada, pero si lo plantea y hay tantas respuestas es porque genera opiniones contrarias, la culpa sería, en mi opinión, de una sociedad que no permite canalizar el amor por los cauces "adecuados" hacía otras personas.
Entrecomillo adecuados, porque alguien saltará con que querer a un perro es tan adecuado como querer a una persona y es cierto porque no soy quien para decir qué es adecuado y qué no, pero me refiero a adecuado en términos más biológicos y evolutivos que morales.