A ver cómo cuento esto sin dar demasiados detalles... Esto pasó una vez en mi trabajo y fue muy violento. Estábamos en un momento de mucho estrés y agobio por un proyecto que teníamos que terminar esa semana y los nervios estaban a flor de piel. De repente vemos un mensaje en la plataforma de chat que usamos todo el equipo donde uno de los chicos está claramente hablando del manager y no en términos demasiado halagüeños, culpándole de que estemos tan a tope de trabajo por sus malas decisiones. En ese momento, el manager lee el mensaje, se levanta y le dice al chico "Perico, ¿podemos ir a hablar un momento en la sala de reuniones?" Los demás nos quedamos acojonados e impactados, primero con la cagada de Perico y segundo con la reacción del manager. Dimos por hecho que discutirían o que echarían a Perico a la calle.
Al cabo de unos diez minutos vuelven, Perico tiene la cara roja como de haber llorado, recoge sus cojas y nos dice hasta mañana, que se va porque no se siente bien. Seguidamente el manager nos convoca a todos, nos explica que Perico está sometido a un nivel de estrés muy fuerte, que se ha terminado quebrando y que le ha dado el resto de la tarde libre. Que espera que no nos importe, que sabe que estamos todos con unos niveles de estrés muy fuertes esa semana, que siente mucho que la situación haya llegado a ese nivel, que para la próxima intentará que nos organicemos mejor, que seamos fuertes, que le echemos un par de huevos/ovarios para terminarlo a tiempo y que el viernes por la tarde nos invita a cervezas para celebrarlo.
Al día siguiente Perico regresó, un poco más calmado y nos dijo que el manager fue muy elegante con este asunto, que no le habló de malos modos pero quiso saber por qué Perico pensaba eso de él. Que hablaron, que él se quebró por los nervios y la vergüenza y se puso a llorar, que el manager trató de consolarle y le dijo que se tomara el resto de la tarde.
Un crack ese manager, una de las personas más empáticas y asertivas con las que nunca he trabajado. Se fue hará unos tres años y le echamos mucho de menos, los que vinieron después no le llegan ni a la suela del zapato.