Esta semana tuve que pasar por un procedimiento médico. Sencillo, con sedación y quirófano. Añado que soy muy hipocondríaca. Entro en un hospital y me muero de ansiedad, me vuelvo un ser irracional que sólo tiene miedo. Entonces, aparecen esas personas maravillosas que trabajan en la sanidad. En mi caso, una enfermera, que me vio asustada y hecha bolita esperando mi turno. Estuvo muy pendiente de mi, amable y cariñosa. Soy una mujer adulta, así que me sentía algo avergonzada. Pero no pareció que a ella le importaran los años que yo tuviera. Vio a una paciente con miedo y estuvo ahí, animándola y bromeando: "disfruta del sueño tan bueno que vas a tener", me decía. Como se agradecen en esos momentos una mano amiga. Esas personas, están hechas de otra pasta y ojalá sepan lo necesarias que son, la diferencia que marcan y lo mucho que ayudan. No sólo con su profesionalidad, también con ese lado tan humano
Me fui con ganas de darle las gracias, pero no la vi más. Imaginé que estaba en quirófano o había acabado su turno.
No sé si es el sitio para escribir esto, pero necesitaba decirlo. Primas y primos sanitarios, que nos dais la mano cuando tenemos miedo, cuando lo necesitamos... GRACIAS, SIEMPRE