A ver, el problema es que la economía es un ciclo, y la generación baby-boom vivió lo que se conoce como milagro español: fin de la autarquía, entrada en la entonces CEE, el establecimiento de las 4 libertades (libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales), la unión económica y monetaria, la adopción del euro, el auge de las inversiones extranjeras... Fueron momentos muy buenos. Por supuesto, hubo graves crisis (recordemos las crisis del petróleo de 1973 y 1979, que afectaron más negativamente y durante más tiempo a España por los sectores en los que se había apostado previamente), pero en general, el ciclo económico era excelente.
En la actualidad, y especialmente desde finales de 2007, el ciclo económico ha encadenado movimientos muy rápidos y muy cortos de subidas y bajas, por no mencionar que, ahora mismo, es el momento de mayor volatilidad y tensión geopolítica a nivel internacional desde la Segunda Guerra Mundial.
Con la crisis de 2008, y el cierre de casi 2 millones de empresas en España y un paro desorbitado, los jóvenes se adaptaron al concepto de: es lo que hay, hay que ser agradecido, trabaja mucho y gratis (recordemos que los que tenemos ahora 30 años hemos trabajado no sólo gratis, sino invirtiendo de nuestro propio dinero para poder llegar a ese puesto de trabajo, porque no teníamos experiencia, y después hemos encadenado contratos y trabajos precarios por 400 y 500 euros al mes porque seguíamos sin tener suficiente experiencia, según la empresa privada).
Ahora, la generación que tiene sobre 30-40 tenemos esa idea establecida: todo es negro, hay que aguantar lo que nos echen, no quejarse, mantener un perfil bajo y dar gracias por tener un trabajo. Fruto de esta situación, valoramos más la inmediatez y no tanto la gratificación aplazada, por eso salimos a cenar, vamos de viaje y tenemos cierta cultura del ocio (que, por cierto, también ha sido promovida desde la Administración para dinamizar la economía).
En resumidas cuentas: los baby-boom siguen con su idea de que si te esfuerzas, lo consigues (porque, efectivamente, en sus años jóvenes así era). En cambio, los milenial hemos crecido de crisis en crisis, y tenemos asumido otra forma de trabajar y ver el mundo.
(Perdón por tostón, es un tema que me encanta)