- Registrado
- 29 Jul 2020
- Mensajes
- 980
- Calificaciones
- 3.333
Lo que dices tiene muchísimo sentido y me parece una perspectiva muy sabia. Eso de las pequeñas muertes y los duelos me resuena mucho, aunque tengo que admitir que yo a veces siento que mi proceso no es tan ordenado. Es como si en lugar de tener una despedida tranquila con cada etapa, estuviera siendo perseguida por un ejército de mis yos pasados.La verdad es que parecía una mujer interesante. Si hubiéramos coincidido más, le hubiera preguntado sobre esas otras vidas, pero fue un encuentro fugaz. Eso sí, no se me olvidó ese fenix tatuado, ni lo que significaba.
Yo creo que cada etapa vital que dejamos atrás, es una pequeña muerte. De hecho, a veces incluso hay un duelo por la infancia, por la etapa universitaria, por los 20 años, por los 40, etc. etc, duelos que a menudo llamamos "crisis existenciales", pero en realidad son una despedida de lo antiguo y una búsqueda de algo nuevo.
Si ese proceso sale bien y uno no se vuelve neurótico intentando agarrarse a lo que fue pero ya no es, normalmente se avanza a una nueva etapa con una identidad que en parte es un reciclado de las antiguas y en parte tiene cosas nuevas. Tú sigues siendo tú, pero con nuevas áreas de conocimiento, o de experiencia o de resiliencia. Y claro, tus cicatrices están ahí y todo lo que has sido y vivido en general.
Yo creo que simplemente estas crisis existenciales tienen un límite en la vida porque están vinculadas a grandes cambios vitales.
Cuando uno va madurando y asentándose la personalidad digamos, definitiva, no hay necesidad de pasar por tales procesos a ese nivel, porque ya sabes quién eres, tienes definidos tus valores, tienes organizada una vida que más o menos te encaja. Tampoco creo que sea muy saludable estar teniendo crisis existenciales cada 2 x 3, por mucho que renazcas. Si una persona de una cierta edad tiene tanto cambio, cabe pensar que lo suyo es más inestabilidad que resiliencia y recuperación.
A veces me imagino que en mi cabeza hay un debate continuo entre todos esos yos y mi yo actual, como si trataran de decidir qué hacer conmigo. Lo curioso es que algunos de ellos están de acuerdo contigo. Pero otros siguen muy enfadados, especialmente mi yo de los 18 años, que no para de recriminarme cosas como que se suponía que íbamos a tener una casa en la playa a esta edad.
¿Será que no todos nuestros yos pasados logran aceptar los cambios? ¿O crees que algunos simplemente se quedan atascados como fantasmas que no quieren avanzar?