Os agradezco muchísimo vuestras respuestas.
Que quede claro que perdonada está hace ya mucho, mucho. Cada uno decide su vida y el rencor no es el camino.
Cuando había pasado algo más de un año nos la encontramos en una tienda. La única vez que he vuelto a verla.
Ella iba con una amiga que se paró y nos dijo que habláramos, ella no se movió y mi marido salió de la tienda.
Yo la abracé y le dije que tenía que irme, sin poder contener las lágrimas.
Ahí yo cerré mi duelo.
Mi marido ya lo hizo cuando tuvo que visitar a su padre en la cárcel.
Ya lo dice la canción: quien odia muere y quien perdona avanza.
Eso hemos hecho nosotros, avanzar en nuestro propio camino, construyendo nuestra vida y la de nuestros hijos en torno a lo que tenemos, que es nuestro amor incondicional por ellos y por nosotros.
Y esto nos ha enseñado muchas cosas como padres, un regalo que se llevan nuestros hijos, y con eso me quedo.
Nos hemos ocupado de compensar todo el amor que no les ha llegado de otro sitio.
Que hemos echado de menos, claro está, pero no podemos aferrarnos a cosas que nos son dañinas, quizá en vez de una desgracia fue una suerte lo que hizo... La gente así siempre encuentra cómo hacer daño, aunque ni quiera.
Y ahora tengo miedo de abrir las heridas y, sobretodo, del daño que esto cause a los niños (sí 16 y 13 años)
