En mi trabajo lo que hacían (recalco - hacían) era que la empresa compraba una tarta para todo el equipo cuando era el cumple de alguien, había un ascenso, alguien se casaba, alguien se iba... Cualquier excusa les iba bien.
A medida que empezó a crecer el equipo, empezamos a crecer a lo ancho todos
Llegó un momento en el que era ridículo porque casi todos los días, tocaba tarta. Tenía un compañero que cantaba "Every day a cake" con la melodía de Every breath you take de Police
Os juro que era absurdo, porque además suponía que nos juntásemos en la cafetería del edificio, todos fuera a del teléfono a la vez al menos 20 minutillos (había discursito SIEMPRE del jefecillo de turno). Bueno, bueno, bueno... Un movidote.
El caso es que en un momento dado, la mujer de otro compañero decidió montarse un negocio de repostería (qué casualidad... La tía era abogado o contable o algo así en realidad), y era como muy feo no encargarle las tartas a ella. Ni que decir tiene que estaban bastante malas y por lo general eran un pegotazo de fondant mal puesto en un bizcocho soso.
Total, que una vez hizo una de cerezas (en plan "pie", no de bizcocho) y ni se había molestado en quitarles el hueso
Desde entonces, se acabó el sinsentido de las tartas.