Prima, una relación kármica es un eufemismo de relación mala. Mala y ya. Mala y punto. Ma-la.
Para verle algo positivo y seguir con tu vida, la tomas como aprendizaje. Eso te lo dice una tarotista, una psicóloga y la vecina del quinto, si tiene dos dedos de frente.
¿ Y si no he aprendido suficiente, me perseguirá el error a otra vida? Pues depende de quién seas en otra vida.
Igual en la próxima vida tienes una hermana mayor un poco vivida, o una madre espabilada, que te explican claramente la diferencia entre estar enamorada y tener un enganchón s*x*-afectivo con un desastre de tio.
Y cómo la compatibilidad sexual es peligrosa porque tus hormonas están diseñadas para que te apagues a ese tío, pero a la vez tu cerebro está diseñado para que no lo quieras a tu lado si no es estable y fuerte.
O sea, un buen proveedor para tus cachorros. Eso aunque no quieras tener hijos.
Una decisión que se puede tomar en este mundo moderno no altera la bioquímica milenaria de tu cerebro.
Así que nada de dar vueltas en círculo y tropezar cien veces con la misma piedra, ni por creer en el karma, ni por teoría psicológica del apego, ni por nada.
No creo que necesariamente una relación kármica deba ser mala.
No me quitéis esa ilusión
En mi caso, supuestamente tengo una con alguien del pasado que ha vuelto a mi vida de manera muy rocambolesca/inesperada. La vida ha vuelto a unirnos.
Nos alejamos hace muchos años porque nuestros caminos se fueron separando paulatinamente. No hubo discusiones, ni malos rollos. Nos llevábamos muy, muy bien. Tenemos formas de entender la vida muy similares. Coincidimos en gustos y aficiones. Es más, en este tiempo separados, sin saberlo (lo descubrimos después), hemos llegado a estar en el mismo momento, en el mismo lugar sin llegar a encontrarnos (en diferentes ciudades además). Podríamos habernos topado pero no lo hicimos hasta ahora.
Cada uno hizo su vida (es curioso que ambos hemos tenido muchos paralelismos en cuanto a vivencias).
Años después nos volvemos a encontrar, cuando menos lo esperábamos. Os juro que en mi mente estaba la idea de que nunca más le volvería a ver, a pesar de sentirle muchas veces a lo largo de los años (ver “señales” muchas veces y sentirle sin estar -a él le ha pasado lo mismo-).
Hemos vuelto a vernos y hemos hablado largo y tendido. Tenemos una relación de amistad (con cierta “tensión” que mantenemos a raya). Nos sentimos a gusto cuando hablamos o nos vemos. Es como estar en casa. Hay una confianza entre nosotros inmensa y lo último que queremos es hacernos daño. Lo que sentimos es algo que no sabemos describir. Es una conexión que nunca hemos tenido con otra persona. Es mirarnos a los ojos y sentir paz. No sé, es muy bonito pero difícil de mantener (por circunstancias de nuestras vidas que nos lo ponen difícil).
Preferimos ser amigos antes que cagarla (porque estar juntos es prácticamente imposible).
En lecturas del tarot me dicen que nos quedan cosas por vivir -nuestras almas se conocen de vidas pasadas y tenemos cosas pendientes-, que tenemos que hacer un aprendizaje mutuo para dejarnos ir, y se acaba todo para siempre. Eso me entristece porque no es lo que queremos. Por qué tiene que salir mal?
No puede ser una relación kármica de buen rollo?? Por qué?
