En mis ingresos hospitalarios, y por medio de algún que otro amigo, he conocido a personas con un cuerpo de escombro que está con personas que se ven muy bien de salud a todos los niveles. Y hay contrastes muy fuertes, siendo el más destacado que conozco el de una chica con ELA (que solo tiene la ESO y sus dos únicos trabajos fueron no cualificados) que está con un hombre que es empresario y tiene casas por Europa. Ambos están en la flor de la vida. Otro con un buen contraste es el de un hombre trasplantado múltiples veces que es pareja de una doctora, y llevan casi 30 años juntos.
Otro que rompe los esquemas para mí es la pareja que forman Kanae Miyahara y Nick Vujicic. Para mí no hay nada escrito, y si bien tengo criterios egoístas, no veo o considero a unos u otros de un modo donde ponga mucha carga negativa o positiva. No le pongo mucho sentimiento y simplemente estoy con una actitud amable
La belleza es también una forma subjetiva de valor, o eso creo. Partiendo de esto, según sé, la percepción del valor es subjetiva, y esta es influenciable y cambiante. Varía. La propia percepción de valor es una característica que define al ser vivo. Nuestros valores son subjetivos. La Neurología, a través de la aparición de sofisticadas herramientas (interfaces y escáneres neurológicos) demostraron en condiciones de laboratorio científico a finales del siglo pasado que la percepción del valor en las personas es subjetiva. Creo recordar que esto también se refutaba en Psicología, e incluso Etología
Si me gustara por ejemplo alguna famosa importante, si tengo la oportunidad y el valor y se dan las circunstancias adecuadas tanto para expresarse como para que la otra persona te preste su atención en privado, mi objetivo no sería buscar su aceptación o rechazo. Es más, en el momento me desligo totalmente de ese tipo de resultado. Comentaría que me diera un minuto o menos de su atención, y trataría de decirle lo que pienso, siento y deseo, con el foco puesto en que lo que tenga que decir sea honesto y auténtico (aunque sea estando yo cagado de miedo o nervioso), y que lo que diga me represente como persona y como hombre. Me limitaría a saber comunicar y a disfrutar, y a no hacer sentir incómoda a la otra persona, retirándome rápido. Si la otra persona estuviese interesada (suponiendo que es una famosa y que lo digo en circunstancias adecuadas para su comodidad), ya dirá algo. Y si no dice nada, magnífico también. Hay que estar bien con uno mismo por encima de todo, es la única compañía que está para siempre, por decirlo así. Mi éxito es haberme mostrado como hombre y haber tenido la habilidad social, el tacto y la honestidad y sinceridad, yo no tengo control (ni quiero tenerlo) de que una persona me quiera o no en su vida. No sería tanto ver si yo le atraigo a la otra persona, independientemente de su estatus, sino que yo me sienta seguro y bien y quiera decir algo si se da un momento conveniente. La libertad es maravillosa, en especial cuando viene con empatía y responsabilidad de la mano
Otro que rompe los esquemas para mí es la pareja que forman Kanae Miyahara y Nick Vujicic. Para mí no hay nada escrito, y si bien tengo criterios egoístas, no veo o considero a unos u otros de un modo donde ponga mucha carga negativa o positiva. No le pongo mucho sentimiento y simplemente estoy con una actitud amable
La belleza es también una forma subjetiva de valor, o eso creo. Partiendo de esto, según sé, la percepción del valor es subjetiva, y esta es influenciable y cambiante. Varía. La propia percepción de valor es una característica que define al ser vivo. Nuestros valores son subjetivos. La Neurología, a través de la aparición de sofisticadas herramientas (interfaces y escáneres neurológicos) demostraron en condiciones de laboratorio científico a finales del siglo pasado que la percepción del valor en las personas es subjetiva. Creo recordar que esto también se refutaba en Psicología, e incluso Etología
Si me gustara por ejemplo alguna famosa importante, si tengo la oportunidad y el valor y se dan las circunstancias adecuadas tanto para expresarse como para que la otra persona te preste su atención en privado, mi objetivo no sería buscar su aceptación o rechazo. Es más, en el momento me desligo totalmente de ese tipo de resultado. Comentaría que me diera un minuto o menos de su atención, y trataría de decirle lo que pienso, siento y deseo, con el foco puesto en que lo que tenga que decir sea honesto y auténtico (aunque sea estando yo cagado de miedo o nervioso), y que lo que diga me represente como persona y como hombre. Me limitaría a saber comunicar y a disfrutar, y a no hacer sentir incómoda a la otra persona, retirándome rápido. Si la otra persona estuviese interesada (suponiendo que es una famosa y que lo digo en circunstancias adecuadas para su comodidad), ya dirá algo. Y si no dice nada, magnífico también. Hay que estar bien con uno mismo por encima de todo, es la única compañía que está para siempre, por decirlo así. Mi éxito es haberme mostrado como hombre y haber tenido la habilidad social, el tacto y la honestidad y sinceridad, yo no tengo control (ni quiero tenerlo) de que una persona me quiera o no en su vida. No sería tanto ver si yo le atraigo a la otra persona, independientemente de su estatus, sino que yo me sienta seguro y bien y quiera decir algo si se da un momento conveniente. La libertad es maravillosa, en especial cuando viene con empatía y responsabilidad de la mano
Última edición: