Primas en el Planeta de los Simios, o de cómo los hombres hacen lo que haga falta para defender su frágil masculinidad.

Bueno, tengo una historia sobre masculinidad frágil, hace unos cuantos meses, un día que está lloviendo bastante, al mirar por la ventana de mí oficina veo un compañero de trabajo que viene caminando bajo la lluvia sin ninguna protección, llego totalmente mojado, le pregunto que porque no ha usado paraguas...me dice que nadie va a verlo con un paraguas bajo la lluvia, que eso era cosa de tías...y si, se ha quedado así todo el turno... Increíble si.

Si es que son muy tontos,.,,. no se dan cuenta que al final los que se perjudican son ellos a sí mismos con esas actitudes. La mayoría son infantiles, aspas a mí, me da igual, pero el tema del ego les hace imbéciles a la gran mayoría.
 
Si es que son muy tontos,.,,. no se dan cuenta que al final los que se perjudican son ellos a sí mismos con esas actitudes. La mayoría son infantiles, aspas a mí, me da igual, pero el tema del ego les hace imbéciles a la gran mayoría.

Es un círculo vicioso tremendo, porque como sólo los aguantan mujeres tontas o sumisas, se creen que todas son así.

Y por eso van de cagada en cagada. Los hombres que valoran a su pareja, o están orgullosos de sus hijas, no los pueden ni ver y los que quieren ligar, ven que es un espantamujeres.

Por eso acaban muy colgados socialmente, incluso yendo a peor en el trabajo.
 
Hay mucha tela que cortar con este tema. Se me vienen varias cosas a la cabeza:
- Señores mayores de pueblo que la lían muy gorda porque se empiezan a discutir por una linde olvidada.
- Con el tema coches tengo a varios machos en mi familia:
*tengo un coche de 2020 pero sus coches del año 2000 siempre serán mejores porque el motor es más bueno, aunque se caigan a cachos y tengan averías cada 2x3.
*mi padre no asume que tengo el carnet desde hace +10 años y a veces se pone por fuera a hacer gestos con las manos para indicar cómo tengo que aparcar. Nunca queda satisfecho con las distancia que dejó con la acera y nunca me ha dejado usar su coche.
*mi sobrino coló una cosa por el lavabo y mi padre y mi hermano vieron que por mi cuenta abrí el bote sifónico (muy fácil) a ver si estaba ahí (no es un lavabo con codo). Cuando vieron mi hermano y mi padre lo que estaba haciendo (básicamente consiste en abrir una tapa y chinpum), mi padre se puso a gritar y mi hermano a decir que "no tengo ni idea de cómo funciona un bote sifónico"🤦🏼‍♀️. (Ajá).
- Rechacé a dos chicos de mi trabajo y para intentar joderme, después se ponían a ligar con otras delante de mí o a hablar de otras. Uno incluso me decía delante de la gente "ya has perdido tu oportunidad" (como si lo estuviera lamentando).
- Un cuñao de mi pueblo se ha enterado de que trabajo en lo mismo que él y ahora siempre que me ve se para. Dice que su directora no tiene personalidad y que se deja llevar por quién no debe. Lo mismo tiene razón pero en mi cabeza:🚩. También aprovechó para preguntarme si tengo coche.
 
Me apunté a un grupo de biodanza, por probar y por hacer amigas nuevas.

Éramos todas mujeres, doce o quince. La profesora era de esas personas capaces de crear un ambiente relajado con su sola presencia.

Hacíamos la biodanza en el jardín de su casa, lleno de árboles, césped, con unas vistas preciosas a la montaña, una pasada.

En su casa vivía con el ex-marido, por diversas circunstancias seguían compartiendo casa aunque ya no cama.

Su forma pasivo-agresiva de boicotear a su mujer y a la vez de ser un verdadero hombre era sentarse en la terraza con la radio a toda mecha a la hora de la clase, y dedicarse a mirarnos a todas las te tas, atentamente, mientras fumaba un cigarro tras otro. Éramos su ganado.
 
Me apunté a un grupo de biodanza, por probar y por hacer amigas nuevas.

Éramos todas mujeres, doce o quince. La profesora era de esas personas capaces de crear un ambiente relajado con su sola presencia.

Hacíamos la biodanza en el jardín de su casa, lleno de árboles, césped, con unas vistas preciosas a la montaña, una pasada.

En su casa vivía con el ex-marido, por diversas circunstancias seguían compartiendo casa aunque ya no cama.

Su forma pasivo-agresiva de boicotear a SU MUJER y a la vez de ser un verdadero hombre era sentarse en la terraza con la radio a toda mecha a la hora de la clase, y dedicarse a mirarnos a todas las te tas, atentamente, mientras fumaba un cigarro tras otro. Éramos su ganado.
Khmm… a su EX mujer 🤣🤣🤣🤣
 
Fui a ver una casa con la intención de comprarla, acompañada de un amigo. La había visto en foto y me parecía bien, pero ya se sabe que las fotos pueden falsear mucho la realidad, así que quedé con el vendedor para verla.

Al abrir la puerta y ver al propietario, ya sabía que me iba a tener que blindar los oídos. Tenía todo el aspecto del auténtico macho: decidido, altivo, mentón levantado, mirada retadora, piernas bien abiertas para hacer sitio al gigantesco atributo sexual que finge tener. Un tío seguro de sí mismo, dominante. Como tiene que ser.

Para colmo, estaba acompañado de su cuñado. Si ya un hombre hetero en solitario puede ser un problema, si además trae colega la cosa se puede complicar mucho.

Efectivamente así fue. Aquello fue un festival del humor digno de un congreso nacional de forocoches. Este estupendo ejemplar de macho estaba casado y tenía cuatro hijas. Todo el recorrido por la casa y todas las explicaciones sobre cada habitación, las hizo a costa de chistes sangrantes sobre su propia familia y sobre las mujeres en general.

Aquí está la cocina, pequeñita, pero como total solo entra mi mujer, y para lo que sabéis cocinar las mujeres de ahora, os sobra sitio. ¡Jajajaaj!

Los muros son gruesos, a prueba de bombas, con lo que hablan y gritan mis hijas y mi mujer, está comprobado que el aislamiento acústico es de calidad! ¡Jajajaja!

Aquí está la terraza y el lavadero, la lavadora va incluida, es sencilla, son dos botones, pero vamos, no le voy yo a enseñar a poner la lavadora a una mujer! ¡Jjajjaaj!

El cuñado se descojonaba con cada ingenioso chiste de este Séneca. Y a mí se me iba inflando la vena progresivamente. Encima la casa no era gran cosa, diminuta, (la foto es verdad que mentía, como suele pasar). Pero aunque hubiese sido un palacio de saldo, a mí me hubiese parecido mal.

Fue un recorrido tenebroso, no por la casa, sino por las miserias de la masculinidad. ¿Se daba cuenta este ser de que estaba insultando a su propia familia, ante una extraña? ¿Se daba cuenta de que yo también soy mujer e igual ciertos chistes me podían parecer insultantes?

Pues no, no se daba cuenta. El macho auténtico hace lo que le da la gana y no necesita darse cuenta, ni ser cuidadoso con nadie. El hombre hetero está cómodo en el mundo, a sus anchas, y cualquiera que le afee su conducta o le prive de su comodidad (que es un derecho de nacimiento) es un enemigo a batir.

Me imaginé lo que debía ser soportar a semejante capullo en casa, toda una vida. Ser hija de este imbécil. Ser su mujer. Incluso ser su empleada. O simplemente tenerlo en una cena navideña con tres copas encima y el cuñado al lado.
 
Fui a ver una casa con la intención de comprarla, acompañada de un amigo. La había visto en foto y me parecía bien, pero ya se sabe que las fotos pueden falsear mucho la realidad, así que quedé con el vendedor para verla.

Al abrir la puerta y ver al propietario, ya sabía que me iba a tener que blindar los oídos. Tenía todo el aspecto del auténtico macho: decidido, altivo, mentón levantado, mirada retadora, piernas bien abiertas para hacer sitio al gigantesco atributo sexual que finge tener. Un tío seguro de sí mismo, dominante. Como tiene que ser.

Para colmo, estaba acompañado de su cuñado. Si ya un hombre hetero en solitario puede ser un problema, si además trae colega la cosa se puede complicar mucho.

Efectivamente así fue. Aquello fue un festival del humor digno de un congreso nacional de forocoches. Este estupendo ejemplar de macho estaba casado y tenía cuatro hijas. Todo el recorrido por la casa y todas las explicaciones sobre cada habitación, las hizo a costa de chistes sangrantes sobre su propia familia y sobre las mujeres en general.

Aquí está la cocina, pequeñita, pero como total solo entra mi mujer, y para lo que sabéis cocinar las mujeres de ahora, os sobra sitio. ¡Jajajaaj!

Los muros son gruesos, a prueba de bombas, con lo que hablan y gritan mis hijas y mi mujer, está comprobado que el aislamiento acústico es de calidad! ¡Jajajaja!

Aquí está la terraza y el lavadero, la lavadora va incluida, es sencilla, son dos botones, pero vamos, no le voy yo a enseñar a poner la lavadora a una mujer! ¡Jjajjaaj!

El cuñado se descojonaba con cada ingenioso chiste de este Séneca. Y a mí se me iba inflando la vena progresivamente. Encima la casa no era gran cosa, diminuta, (la foto es verdad que mentía, como suele pasar). Pero aunque hubiese sido un palacio de saldo, a mí me hubiese parecido mal.

Fue un recorrido tenebroso, no por la casa, sino por las miserias de la masculinidad. ¿Se daba cuenta este ser de que estaba insultando a su propia familia, ante una extraña? ¿Se daba cuenta de que yo también soy mujer e igual ciertos chistes me podían parecer insultantes?

Pues no, no se daba cuenta. El macho auténtico hace lo que le da la gana y no necesita darse cuenta, ni ser cuidadoso con nadie. El hombre hetero está cómodo en el mundo, a sus anchas, y cualquiera que le afee su conducta o le prive de su comodidad (que es un derecho de nacimiento) es un enemigo a batir.

Me imaginé lo que debía ser soportar a semejante capullo en casa, toda una vida. Ser hija de este imbécil. Ser su mujer. Incluso ser su empleada. O simplemente tenerlo en una cena navideña con tres copas encima y el cuñado al lado.
Que vergüenza de personaje por favor!!! Entiendo perfectamente que su mujer e hijas le dejarán solo, a saber si ya estaba divorciado cuando vendía el piso.
 
Que vergüenza de personaje por favor!!! Entiendo perfectamente que su mujer e hijas le dejarán solo, a saber si ya estaba divorciado cuando vendía el piso.

No, prima, no está divorciado. Hay 5 mujeres que conviven con él A DIARIO. No sé si lo harán consumiendo drogas o cómo se arreglarán.

Vendía la casa porque es diminuta, y para tanta familia se le quedaba muy pequeña, y se habían comprado otra mayor.

Es además un empresario de éxito, cuando terminó la visita del terror le di un vistazo a su nombre en redes, ya por curiosidad malsana. Es un triunfador.

Supuse que lo de tener 4 hijas era un intento tras otro de tener un HIJO, que para este ser debía ser importante, y eso no lo consiguió. La naturaleza "le castigó" llenando su casa de mujeres.
 
Soy hombre.
Los hombres somos primitivos y primarios.
Hace muchos años una niña de unos 7 u 8 años dijo en un programa de TV3: " els nens son tontets".
Tenía y tiene razón: los tíos somos tontos.

Sí, al menos tú lo admites.
Por eso desde que no tengo a tíos cerca (solo amigos, amigos de verdad) estoy mil veces mejor, el resto sobran en mi vida, no me aportan nada.
 
Metro de Madrid, un día de diario, 11 o 12 de la mañana.

En el vagón vamos sobre todo currantes, y sobre todo hombres. Normales y corrientes. No es hora punta.

En una parada, sube al vagón un equipo de fútbol escolar femenino. Un montón de niñas que no tendrían más de doce o trece años, vestidas de futbolista, con su malla llena de balones. Imaginé que iban a jugar un partido contra otro colegio. Van parloteando de sus cosas, alegremente, bromeando, divertidas.

Me pongo alerta, porque sé lo que hay. Inmediatamente las niñas se convierten en el centro de atención de todo el vagón. Los hombres las miran con mucho interés, no todos, pero sí la mayoría.

Las miran no como padres, ni como protectores. Las miran como hombres. Miradas más o menos discretas a sus culos, a sus te tas. Otros las recorren enteras de arriba a abajo, como quien se detiene en el escaparate de una pastelería.

En una parada se baja un chico, veintitantos años, se le han subido totalmente los colores a la cara y lleva su carpeta eficazmente agarrada a la altura de la bragueta. Sospecho que se ha empalmado.

Dejé que mi parada pasara de largo y me quedé allí hasta que las niñas se bajaron. Como un perro guardián, dispuesta a saltar a la mínima que cualquiera de esos hombres normales y corrientes se acercara al grupo o hiciera la menor intención de hablar con ellas. No ocurrió nada, se conformaron con mirarlas.

Por suerte las niñas se bajaron pronto. Pero te quedas pensando qué peligroso es el mundo para las mujeres, en este Planeta de los Simios.
 
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