No estoy tan segura de la privacidad del foro como para hablar ciertas cosas
Por otra parte, recalco que como ya he dicho más arriba, no voy buscando hombres casados, por distintas circunstancias han llegado a mí, a varios les he rechazado, pero si es cierto que he caído con alguno, no soy una buscona a la que le pone quitarle la pareja a otra, básicamente porque siguen con sus parejas. Y porque no les he buscado premeditadamente.
Y añado que yo si he puesto los cuernos, a una pareja que me maltrataba psicológicamente y de la cuál tenía una dependencia emocional horrible, por lo que era mi vía de escape, y si eso es bastante peor que a que te pongan los cuernos.Es más se me ocurren otros comportamientos en pareja, mucho peores y que se consienten a diario, que dañan a una persona y la dejan en la mierda. Al final si no te enteras nunca, eso no te ha hecho daño.
Pues como tú has dicho: vía de escape. Huida hacia delante, pero huida igualmente.
Es muy común buscar la salida a una relación tóxica a través de un " salvador" también con una relación, incluso buscar un último reducto de independencia y de escape al control del tóxico a través de la infidelidad.
Pero es que una relación traumática no se soluciona saliendo de ella simplemente. Al revés, hay que salir para poder sanar y recuperar la persona que eras antes del trauma.
Con un hombre casado, que no piensa dejar a su mujer, te ahorras el miedo a volver a estar en una relación tóxica.
Y también está el factor autoestima. Nada la destruye más que la dependencia al maltratador psicológico. Te conformas con que te traten bien un rato, aunque no te quieran. Ya es más de lo que tenías.
Pero todo esto, que son causas, no justificaciones, lo tienes que tratar en terapia. No basta con una reflexión personal.
Para empezar, si la relación fue altamente tóxica, te ha podido dejar estrés postraumático, que no se cura con el tiempo, sino con una terapia específica.
Y para rematar, es estadísticamente habitual que acabes en una relación así por una infancia muy problemática, de la que ni siquiera eres consciente.
Quizá estés en este punto porque una terapia habitual de duelo no te ha servido, o no has hecho ninguna. Pero estás en el punto de reflexión y te conviene hacerla. Porque tampoco hay nada para tí con un tío que se viste y se va su casa.