Yo estoy en algún punto intermedio entre ambas posturas, entiendo a todos pero creo que estoy más con Carolina y Mario.
Os invitasteis a su casa (por mucho que digáis: si no puedes no pasa nada y tal y cual, o hay muchísima confianza o es poner s la otra persona en una tesitura difícil).
Habrá mucha gente que le encanta ser anfitriona pero a mí, por ejemplo, me revienta. Y una cosa es que vengan a comer y, otra, varios días.
Encima les invitais a un festival al que no querían ir porque no es su estilo y al final, tienen que pagar las entradas ellos??
Sabes que pensaría yo? Siendo que la relación no es muy estrecha, que ni vuestros amigos ni vosotros teníais a quien venderle las entradas, así que habéis hecho la jugada para encalomarme unas entradas que yo no quería o que me daban igual y que, encima las acabe pagando yo.
Es decir, que en vez de tirarlas habéis decidido sablearme los 120€ a pesar de que no me gusta esa música.
No digo que sea lo que vosotros hayáis hecho, pero si la relación está un poco rara, yo, si fuera Mario, pensaría eso.
Yo vivo fuera de mi ciudad, y una amiga con la que me llevaba bastante bien se invitó a venir a mi casa con el novio al que he visto dos veces.
Ellos nunca me han invitado a la suya y tampoco iría, pero me sentí como si mi casa fuera un hotel.
Las formas tampoco ayudaron porque no me dijeron: oye, nos apetece ir un finde, cuando te va bien o similar sino:
- mira vamos a ir diez días a X sitio, del 10 al 20 de julio y como tú casa queda de camino, pues estaremos ahí del 10 al 15




Así que, después de darle una vuelta, le dije que lo sentía mucho pero no, sabes quiénes se han enfadado conmigo y no me han hablado más desde eso??
Invitarse a casa de alguien es una muy mala idea...