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HolaVaya espectáculo tan revelador. Resulta curioso ver cómo, en vez de debatir las ideas que planteo, preferís despacharme con descalificaciones, risitas y suposiciones personales (“está resentido”, “se masturba demasiado”, “es un troll”). Entiendo que es más fácil recurrir a la burla que morder el pastel de la realidad. Si tuvieseis un argumento mejor que la falacia ad hominem, lo habríais exhibido ya.Lo divertido es que os molestéis tanto cuando señalo algo tan obvio como que la juventud y la fertilidad de la mujer actúan como un imán en el proceso de cortejo, igual que en vosotros ejerce atracción el éxito, la solvencia o el liderazgo masculino. Si os parece que en una relación es más interesante un hombre ambicioso, admirado, capaz de transformar el mundo, ¿por qué os sorprendéis de que, en el espejo opuesto, el capital de juventud sea tan apreciado? Es un intercambio de “recursos” biológicos y psicológicos que ha existido desde siempre. Negarlo no lo hace desaparecer.
Por otro lado, no confundamos la valía humana con la demanda en el mercado de las relaciones. Como personas, valemos exactamente lo mismo, sea cual sea nuestra edad, género o trayectoria. Pero si nos enfocamos en el terreno de las relaciones, es innegable que la edad pesa inifinitamente más en la mujer, del mismo modo que la posición social y la capacidad de proveer pesan en el hombre. ¿Es injusto? Quizá, pero la naturaleza no pregunta si nos parece bien o mal; simplemente sucede.
Me hace gracia la hipocresía de algunas que dicen: “No quiero un hombre que no sea ambicioso, estable o que no me ofrezca seguridad”, mientras a la vez se escandalizan si un hombre valora la juventud o, simplemente, esa frescura emocional que se suele tener a los 20, antes de acumular decepciones y desgaste. Resulta que vosotras tenéis todo el derecho del mundo a rechazar un hombre que no cumpla vuestros estándares, pero si él se atreve a admitir que prefiere una chica joven y sin un historial de veinte rupturas traumáticas… ¡es un cavernícola! Huele a doble rasero desde aquí.
De todas maneras, ofenderse no cambia nada. La biología no negocia y, cuanto antes lo aceptemos, mejor sabriais jugar vuestras cartas. Así que, quien quiera rebatir estas ideas, que traiga datos o argumentos sólidos; los insultos, las mofas o las presunciones sobre mi vida personal solo demuestran que no tenéis nada más que ofrecer. Y, por supuesto, podéis seguir tirándome piedras… pero eso no va a mover un ápice la realidad.
Yo te he contestado con argumentos negando tu teoría de que el atractivo de los hombres mayores se deba a un condicionamiento biológico.
Además te he preguntado "¿en que te basas?", porque tengo interés en conocer tus fuentes.
Quedo a la espera.