- Registrado
- 15 Mar 2020
- Mensajes
- 70
- Calificaciones
- 446
Esto es más un desahogo que otra cosa, ya que creo que tengo bastante claro en qué la he cagado y lo que tengo que hacer a partir de ahora, pero los consejos son bienvenidos igualmente, ya que aprecio la posibilidad de ver la situación desde algún prisma que no se me haya ocurrido. El caso es que, como dice el título, desde que rompí la relación con mi ex pareja, he fallado varias veces en poner límites, y ahora ha tenido consecuencias sobre un vínculo que estaba empezando a construir.
Él insiste en que seamos amigos, que no quiere que deje de estar en su vida y todo ese rollo. No soy de las que piensan que las amistades entre ex parejas sean imposibles, pero sí que creo que se tiene que hacer con cabeza y bajo ciertas condiciones. Esto lo he hablado muchas veces con él, le he dicho que es importante que cada uno haga un duelo y aprenda a vivir sin el otro, y que eso es algo que puede llevar mucho tiempo, con sus altibajos. Sin embargo, él insiste en que le funciona mejor de la otra manera, sin romper el vínculo de la noche a la mañana y a lo sumo tomándose dos semanas de tiempo sin contacto, porque no puede dejar de relacionarse de la noche a la mañana con "una persona tan importante en su vida". Creo que son este tipo de comentarios lo que me hace caer, ya que siento que si me mantengo firme en no tener contacto es que estoy "tirándole" como si nada "a la basura". Si se mantuviese la amistad con una serie de límites claros y bien establecidos, creo que lo llevaría mejor, pero veo que cada vez tiene más gestos que considero inadecuados, como cogerme de la mano y besarla, o darme abrazos demasiado largos. Él insiste en que eso lo hace con todas sus amigas cuando le llamo la atención, y entonces me siento mal y lo dejo pasar, ya que no sé si estoy exagerando. Luego, no para de ofrecerme favores, como que vaya a su casa a estudiar si en la mía hay mal ambiente con mi familia, o dejarme dinero, pero no me siento bien aceptando ese tipo de favores y en este caso sí que me he mantenido firme en mi negativa.
El caso es que el jueves pasado quedamos, y le conté que me estaba empezando a ver con alguien. Sé que no es asunto suyo, pero consideré que podía ser buena idea decirlo para que le vaya quedando claro que he pasado página. No me mostró su decepción abiertamente, sino con comentarios pasivo-agresivos sobre esta posible nueva pareja (es muy diferente a él). Luego, a santo de no me acuerdo qué, me cogió de la mano y la besó, y me quedé cohibida y nerviosa, sin poder reaccionar. No fui recíproca en el gesto, pero tampoco es que le quitase la mano bruscamente y le llamase la atención. Simplemente hice como si nada y deseé que pasase lo más rápido posible para que nadie que conociese nos viese. Luego, en casa, sí que le mandé un whatsapp diciéndole claramente que no quería que volviese a darme besos de ningún tipo, por mucho que para él solo fuesen un gesto "amistoso y cariñoso".
Y esto último es el quid de la cuestión, creo que el chico que me gusta y al que estoy conociendo más a fondo ha podido vernos, y pensar que sigo metida dentro de alguna relación, lo que con razón ha podido generarle desconfianza. No estoy segura de esto, ya que desde que nos liamos solo nos hemos visto en la clase de karate, pero ha estado muy frío y distante, pese a que quedamos en hablar y volver a quedar. Pero no puedo dejar de pensar en esta posibilidad y en que, a pesar de la rabia que siento ahora por mi ex, en el fondo es mi culpa por no haberle parado los pies cuando debía.
Él insiste en que seamos amigos, que no quiere que deje de estar en su vida y todo ese rollo. No soy de las que piensan que las amistades entre ex parejas sean imposibles, pero sí que creo que se tiene que hacer con cabeza y bajo ciertas condiciones. Esto lo he hablado muchas veces con él, le he dicho que es importante que cada uno haga un duelo y aprenda a vivir sin el otro, y que eso es algo que puede llevar mucho tiempo, con sus altibajos. Sin embargo, él insiste en que le funciona mejor de la otra manera, sin romper el vínculo de la noche a la mañana y a lo sumo tomándose dos semanas de tiempo sin contacto, porque no puede dejar de relacionarse de la noche a la mañana con "una persona tan importante en su vida". Creo que son este tipo de comentarios lo que me hace caer, ya que siento que si me mantengo firme en no tener contacto es que estoy "tirándole" como si nada "a la basura". Si se mantuviese la amistad con una serie de límites claros y bien establecidos, creo que lo llevaría mejor, pero veo que cada vez tiene más gestos que considero inadecuados, como cogerme de la mano y besarla, o darme abrazos demasiado largos. Él insiste en que eso lo hace con todas sus amigas cuando le llamo la atención, y entonces me siento mal y lo dejo pasar, ya que no sé si estoy exagerando. Luego, no para de ofrecerme favores, como que vaya a su casa a estudiar si en la mía hay mal ambiente con mi familia, o dejarme dinero, pero no me siento bien aceptando ese tipo de favores y en este caso sí que me he mantenido firme en mi negativa.
El caso es que el jueves pasado quedamos, y le conté que me estaba empezando a ver con alguien. Sé que no es asunto suyo, pero consideré que podía ser buena idea decirlo para que le vaya quedando claro que he pasado página. No me mostró su decepción abiertamente, sino con comentarios pasivo-agresivos sobre esta posible nueva pareja (es muy diferente a él). Luego, a santo de no me acuerdo qué, me cogió de la mano y la besó, y me quedé cohibida y nerviosa, sin poder reaccionar. No fui recíproca en el gesto, pero tampoco es que le quitase la mano bruscamente y le llamase la atención. Simplemente hice como si nada y deseé que pasase lo más rápido posible para que nadie que conociese nos viese. Luego, en casa, sí que le mandé un whatsapp diciéndole claramente que no quería que volviese a darme besos de ningún tipo, por mucho que para él solo fuesen un gesto "amistoso y cariñoso".
Y esto último es el quid de la cuestión, creo que el chico que me gusta y al que estoy conociendo más a fondo ha podido vernos, y pensar que sigo metida dentro de alguna relación, lo que con razón ha podido generarle desconfianza. No estoy segura de esto, ya que desde que nos liamos solo nos hemos visto en la clase de karate, pero ha estado muy frío y distante, pese a que quedamos en hablar y volver a quedar. Pero no puedo dejar de pensar en esta posibilidad y en que, a pesar de la rabia que siento ahora por mi ex, en el fondo es mi culpa por no haberle parado los pies cuando debía.