Buenas Pris, este 8 de marzo como otros muchos trabajo con mi madre en un pequeño kiosko de pueblo. Yo como he dicho en otros hilos me dedico a limpiar casas (con su esfuerzo y con sus meses malos como buenos) y lo compagino con algún curillo que sale durante el año temporal, entre ellos el kiosko. El local es mío pero cedí el usufructo cuando mi madre se quedó viuda, para asegurarle el negocio, algo que con los años me he ido arrepintiendo
Durante el año el kiosko no funciona mucho, lo justo para seguir levantando la persiana, los meses de más por los de menos, siendo la temporada de fiestas de aquí la alta, con un nivel de afluencia x150. Básicamente con esa temporada podría mantenerse el resto del año pero ella decide abrir 12 meses.
Decir también que vivimos en una zona damnificada por la DANA por lo que el local, y nuestras casas (vivo sola, pagando mi casa y ella en la suya) se han visto muy afectadas y nos hemos visto obligadas a recurrir a la caridad porque hemos vivido semanas enteras sin luz, agua, zapatos y cosas muy básicas.
Yo y mi hermano hemos hecho todo lo posible por ayudarla. Desde picar paredes con un destornillador (era lo poco que teníamos), sacar barro, ir a un almacén andando donde cristo perdió la sandalia a por lona asfáltica, llevarle voluntarios, limpiar, tramitar ayudas, material nuevo, permisos etc En fin, podríamos haber hecho más pero apenas teníamos 4 meses para levantarlo todo y eran muchas cosas y muchos problemas que iban surgiendo en el proceso -recordemos, no tenemos coche ninguno y las casas a medio construir- aún así ha conseguido abrir con muchos fallos, como la mayoría de negocios que abren por primera vez después del ahogamiento que hemos vivido.
En ese kiosko he pasado casi 10 años, 10 temporadas, de lunes a domingo sin horario definido, si sale un mal día o simplemente no viene mucha gente me dice que no vaya, empleando el sistema de "te llamo si hay faena y vienes" por lo que durante un mes no sé cuántas horas trabajo ni cuando acabo. Hay días que he estado 12h y otros que sólo 2. Evidentemente cuando me llama es cuándo está a tope, en el local se forman unas colas impresionantes y entrar en esos picos de trabajo es abrumador, es llegar quitarte la chaqueta y ponerte a cobrar hasta que la clientela se acabe.
Al ser familia directa, me hace un contrato mercantil con unas horas por convenio, las cuales siempre son muchas más porque al ser familia ya se sabe, siempre acabas haciendo un pelín más por el tema de que es tu madre y eso.
Los últimos años ha decidido contratar gente porque solas no podíamos con tanto volumen de trabajo (deberíamos ser 4-5 personas al público) haciéndoles unos contratos de 15 días en los que a lo sumo trabajarán 10, jornada partida y siempre la noche de antes o unas horas antes sin saber tu horario, todo dependiendo de la clientela.
De jovencita tuve varios trabajos así en hostelería por la zona, evidentemente me podía la necesidad así que aguantaba unos meses, cobraba a duras penas y a estudiar
Pero toda aquella exploración quedó atrás y preferí ganarme el pan por mi cuenta en otros sitios. No os podéis imaginar lo duro que han sido estos 10 años y las cosas que Trianista ha soportado cara al público.
Al kiosko vienen muchos niños, borrachos y clientes de año a año de todos los perfiles, llenando el local los días fuertes pareciendo eso un barracón en fiestas. Antes la gente se dejaba mucho dinero pero la situación ahora para todos se siente dura.
El día 8, tras dos días de trabajo ya os digo, "de quédate/vete etc" y habiendo pasado por allí, más de 500 personas, vino el cliente más gilipollas con el que me he topado en la vida, con los niños más impertinentes e indecisos del pueblo, estábamos a punto de cerrar y teníamos todavía mucha gente dentro y fuera berreando esperando para comprar, y el gilipollas me dice que no le gusta mi cara y qué cómo estoy, que no estoy entendiendo nada de lo que le digo y que no sirvo para estar cara al público; y Pris, exploté.
Sé que está mal explotar cara al público pero no pude más, nunca me había sentido tan humillada por un cliente, estaba saturada de trabajo y la cosa se nos fue de madre, el caso que ni con esas el tío se iba, allí se quedó esperando a que le cobrara 12 refrescos. Mi madre estaba al lado, pensé que me defendería y que le incitaría a hacer la compra en otro establecimiento si no le gustaba el servicio pero le cobró amablemente y el gilipollas se fue con su bolsa, algo que me jodió muchísimo porque yo nunca toleraría una falta de respeto a mi jefe y menos si es mi madre. Me fui a llorar al almacén y a los 10 minutos le colgué el delantal delante de todo el mundo y le dije, que si le estaba pidiendo a un cliente que no me faltase el respeto y que hasta aquí, debería de haberme defendido porque además de ser su empleada de temporada más antigua soy su hija.
Posteriormente volví durante el cierre para decirle que llamase a las otras chicas porque no iba a ir más a trabajar y quería que me pagase mis días. Me dolió mucho después de todo ese trato, ninguna había vivido una situación así de parte de un jefe y que por 7 euros la hora no me aportaba nada aguantar eso. Pues se negó pagarme diciendo que le había dañado algo de material siendo eso mentira porque ese negocio lo he tratado como mío y que ya veríamos si me pagaría.
Estoy muy muy dolida. No hemos hablado desde entonces y siento que esto ha sido la gota que colma el vaso en nuestra relación. Desde entonces que no he podido comer ni dormir más de 4 horas
Durante el año el kiosko no funciona mucho, lo justo para seguir levantando la persiana, los meses de más por los de menos, siendo la temporada de fiestas de aquí la alta, con un nivel de afluencia x150. Básicamente con esa temporada podría mantenerse el resto del año pero ella decide abrir 12 meses.
Decir también que vivimos en una zona damnificada por la DANA por lo que el local, y nuestras casas (vivo sola, pagando mi casa y ella en la suya) se han visto muy afectadas y nos hemos visto obligadas a recurrir a la caridad porque hemos vivido semanas enteras sin luz, agua, zapatos y cosas muy básicas.
Yo y mi hermano hemos hecho todo lo posible por ayudarla. Desde picar paredes con un destornillador (era lo poco que teníamos), sacar barro, ir a un almacén andando donde cristo perdió la sandalia a por lona asfáltica, llevarle voluntarios, limpiar, tramitar ayudas, material nuevo, permisos etc En fin, podríamos haber hecho más pero apenas teníamos 4 meses para levantarlo todo y eran muchas cosas y muchos problemas que iban surgiendo en el proceso -recordemos, no tenemos coche ninguno y las casas a medio construir- aún así ha conseguido abrir con muchos fallos, como la mayoría de negocios que abren por primera vez después del ahogamiento que hemos vivido.
En ese kiosko he pasado casi 10 años, 10 temporadas, de lunes a domingo sin horario definido, si sale un mal día o simplemente no viene mucha gente me dice que no vaya, empleando el sistema de "te llamo si hay faena y vienes" por lo que durante un mes no sé cuántas horas trabajo ni cuando acabo. Hay días que he estado 12h y otros que sólo 2. Evidentemente cuando me llama es cuándo está a tope, en el local se forman unas colas impresionantes y entrar en esos picos de trabajo es abrumador, es llegar quitarte la chaqueta y ponerte a cobrar hasta que la clientela se acabe.
Al ser familia directa, me hace un contrato mercantil con unas horas por convenio, las cuales siempre son muchas más porque al ser familia ya se sabe, siempre acabas haciendo un pelín más por el tema de que es tu madre y eso.
Los últimos años ha decidido contratar gente porque solas no podíamos con tanto volumen de trabajo (deberíamos ser 4-5 personas al público) haciéndoles unos contratos de 15 días en los que a lo sumo trabajarán 10, jornada partida y siempre la noche de antes o unas horas antes sin saber tu horario, todo dependiendo de la clientela.
De jovencita tuve varios trabajos así en hostelería por la zona, evidentemente me podía la necesidad así que aguantaba unos meses, cobraba a duras penas y a estudiar

Al kiosko vienen muchos niños, borrachos y clientes de año a año de todos los perfiles, llenando el local los días fuertes pareciendo eso un barracón en fiestas. Antes la gente se dejaba mucho dinero pero la situación ahora para todos se siente dura.
El día 8, tras dos días de trabajo ya os digo, "de quédate/vete etc" y habiendo pasado por allí, más de 500 personas, vino el cliente más gilipollas con el que me he topado en la vida, con los niños más impertinentes e indecisos del pueblo, estábamos a punto de cerrar y teníamos todavía mucha gente dentro y fuera berreando esperando para comprar, y el gilipollas me dice que no le gusta mi cara y qué cómo estoy, que no estoy entendiendo nada de lo que le digo y que no sirvo para estar cara al público; y Pris, exploté.
Sé que está mal explotar cara al público pero no pude más, nunca me había sentido tan humillada por un cliente, estaba saturada de trabajo y la cosa se nos fue de madre, el caso que ni con esas el tío se iba, allí se quedó esperando a que le cobrara 12 refrescos. Mi madre estaba al lado, pensé que me defendería y que le incitaría a hacer la compra en otro establecimiento si no le gustaba el servicio pero le cobró amablemente y el gilipollas se fue con su bolsa, algo que me jodió muchísimo porque yo nunca toleraría una falta de respeto a mi jefe y menos si es mi madre. Me fui a llorar al almacén y a los 10 minutos le colgué el delantal delante de todo el mundo y le dije, que si le estaba pidiendo a un cliente que no me faltase el respeto y que hasta aquí, debería de haberme defendido porque además de ser su empleada de temporada más antigua soy su hija.
Posteriormente volví durante el cierre para decirle que llamase a las otras chicas porque no iba a ir más a trabajar y quería que me pagase mis días. Me dolió mucho después de todo ese trato, ninguna había vivido una situación así de parte de un jefe y que por 7 euros la hora no me aportaba nada aguantar eso. Pues se negó pagarme diciendo que le había dañado algo de material siendo eso mentira porque ese negocio lo he tratado como mío y que ya veríamos si me pagaría.
Estoy muy muy dolida. No hemos hablado desde entonces y siento que esto ha sido la gota que colma el vaso en nuestra relación. Desde entonces que no he podido comer ni dormir más de 4 horas