Cuantas cosas se solucionarían cediendo un poquito y hablando.
He leído auténticas barbaridades y desprecios en los hilos en torno a la maternidad. Ej: momento de dar a luz, y estancia posterior en el hospital. Pues mujer, entre tener a toda la parentela desde que te suben a la habitación, y no querer ver a nadie, ni a tus padres hasta pasado un mes de vida de la criatura, pues… ¿No hay un término medio?
Noto mucha tensión, como una rebeldía contra todo. Conozco un caso, que como tantos fueron padres sin casarse. Bien. Pasa el tiempo y se dan cuenta que mejor casados, pero ese espíritu que no acabo de entender a qué viene, deciden hacerlo a escondidas. Un par de testigos, ninguno familiar. Sabiendo que la madre se llevaría un disgusto cuando lo supiera y que ni siquiera se lo habían dicho. No ya invitarla, que es viuda y solo tiene ese hijo. Es que ni decírselo. Por supuesto, cada cual obre como quiera, pero por ese ir contra todo, porque soy muy libre y paso de convencionalismos, pues un poquito también haces sufrir a tus padres.
Y ellos, algunos de ellos, al final se encogen de hombros

, ¡Es lo que hay! y deciden aprovechar las ventajas de estos nuevos tiempos. Apartados en momentos importantes, se resignan. “Es mi vida y yo decido” ok. Incontestable. Pues los abuelos lo mismo. ¿O no tienen derecho? No hay mal que por bien no venga, nos vamos por ahí, nosotros. O si la artrosis empieza a dar guerra, pues tranquilita con mi telenovela en casa.