Hubo una vez en la que consideré a alguien mi mejor amiga. Sí, había tenido algunos detalles feos conmigo (como cuestionar mi valía en proyectos que emprendía, criticar mi relación de pareja, y hasta darme consejos sobre trabajos que no tenían nada que ver conmigo, ofertas estilo "buscan gente en el comedor de tal sitio" o "mira esta oferta de esta panadería", cuando estaba preparando una oposición para la que se requiere un título universitario, y tampoco estaba desesperaba por encontrar de lo que fuera. A veces sentía como si me lo estuviera diciendo a mala fe, con recochineo porque ella trabajaba de lo suyo y yo no. O como si no fuese digna de que algún proyecto me fuese bien, proyecto que ella intentaba hacer algo parecido, con comentarios estilo "¿Qué has hecho? ¿Un estudio de mercado?" Con tonito, ¿sabéis? Incluso por temas de salud, tuve un accidente que tardaron mucho en dar con lo que tenía y no me tomaba demasiado en serio, con comentarios estilo "a mi hermano también le duele la espalda".) Con el tiempo también me di cuenta de que debía estar "malmetiendo" con una amiga en común, porque casualidad, las pocas veces que nos veíamos, era las únicas que después sabía de esta otra amiga. Como si hubieran estado hablando entre ellas. ¿Sabéis? Con el tiempo fui uniendo piezas del puzle que no había sido capaz de ver en mi cabeza.
Por aquellas pensé que quizá estaba pasando una mala etapa, y por eso tenía ese tipo de comportamientos tan poco apropiados conmigo, y decidí tener paciencia. Supongo que en mi cabeza, una amistad con la que había compartido tanto (para mi era buena persona, le tenía mucho cariño a su familia, compartíamos inquietudes musicales y culturales), y de ese nivel, lo valía.
Un día, sin previo aviso, me borró y me bloqueó de todos lados. Así, como quien borra un correo no deseado. ¿Fui tonta? Puede ser. Aunque en aquel momento pensé que estaba pasando por una mala época, por el estrés del trabajo o X cuestiones que igual yo no sabía, y que eso explicaría su comportamiento. Lo cierto es que me dolió muchísimo la forma en la que se deshizo de mi, porque no esperaba que alguien a quien consideraba tan importante simplemente desapareciera de golpe. ¡Un ghosting en toda regla!
Con el tiempo me di cuenta de que, en las amistades, la paciencia no siempre es suficiente si no hay reciprocidad. O que tu puedes considerar muy amiga a una persona, y para esa persona ser casi como una conocida, o que has estado para llenar su tiempo de ocio mientras podías estar disponible. Pero bueno, cada quien con su vida, ¿no?