Esto va un poco con la ley de atracción. Llevaba DÍAS esperando a que mi ginecóloga me llamara y nada. Muy preocupada por mi salud. Lo di por perdido porque ya había acabado las citas y nada. Igual con la esperanza perdida me llamaba. No me llamó. Entonces, como era viernes, pedí cita en otro al que le quedaba una única cita libre (ya era por la tarde). Era una opción HORRIBLE porque significaba ir con un hombre (he tenido malas experiencias) y además no conocía mi historia (a diferencia que mi ginecóloga). Confirmé la cita, ya no necesitaba a mi ginecóloga. Entonces me llamó.
Me parece que es algo muy habitual con los tíos. En plan de que te obsesionas mucho con que uno te busque y te dedicas a otras cosas pensando que pasas del tema, pero inconscientemente la esperanza sigue ahí y es cuando ya no lo necesitas cuando el Johnny aparece.
Al final fui al otro ginecólogo y sané un poco el trauma, me expuse. Una coach espiritual me dijo que todo a lo que le tengamos miedo la vida nos obligará a enfrentarnos.
Así que en esta anécdota se confirma que si necesitas algo y le metes mucha energía, lo repeles. Y que aquello a lo que temes tendrás que enfrentarte para crecer.