Prima.
No me cuesta nada entenderte.
Llevas años de frustración sentimental porque no encontrabas un amor correspondido. Te plantas en los treinta (época en la que mucha gente ya tiene su pareja estable, su idea de formar familia, convive etc) y conoces al primer hombre que se te cruza que por fin te elige. Si no hubiera sido una primera pareja seria, si hubieras tenido otras relaciones estables con anterioridad, probablemente lo hubieras llevado con algo más de calma, pero al ser la primera y llegarte con mucha hambre acumulada, entras en una ansiedad e intensidad muy altas por tener todo lo posible de él. Y esa ansia es más miedo que deseo...¡Con lo que me ha costado conseguir esto! ¡Tengo que agarrarlo cueste lo que cueste!
Te pueden decir que seas más independiente, que hagas más tu vida, etc...pero tú llevas siendo independiente y haciendo tu vida una década...ya estás de la independencia y de hacer tu vida hasta los colondrines...lo que quieres es compartir esa vida que ya has hecho con alguien más y vivir todo lo que sientes que te has perdido antes.
Entonces...esa ansia te está corriendo en contra. Te está haciendo idealizar en exceso y ponerte por debajo de una pareja a la que aún no conoces suficiente, pero en el tiempo que lleváis juntos, la cosa no acaba de evolucionar para bien. Me encantaría decirte algún consejo o truco que te sirviese para vivir las cosas con más tranquilidad y realismo, pero creo que por lo que cuentas, es muy difícil controlar esa ansiedad y además has dado con alguien que se está retrayendo cada vez más, lo cual lo empeora. Desde el más puro cariño, porque yo también tuve mi etapa de relaciones similares, nada más te puedo decir lo que diría a mi "yo" del pasado: abre los ojos y mira a la persona con la que estás con total realismo, sin adornos, sin fantasías, ni deseos proyectados, tal y como es. Intenta esquivar ese impulso narcisista de "voy a convertir a esta persona que no me acaba de encajar, en alguien que encaje". Acéptale tal y como es, no temas a decepcionarte. Tampoco te culpes. En la mayoría de los casos, cuando pasan estas cosas simplemente es que la persona no es para ti en el largo plazo. Que a veces escogemos con más ganas que criterio.
E importante: una vez que empiezas a tener relaciones de pareja como tales, empiezas un proceso de aprendizaje. De lo que quieres, de lo que no quieres, de cómo gestionar problemas, de qué escoger y cómo escogerlo. No pasa nada con que éste sea un proyecto que no funcione, porque es un primer pasito de algo mucho más grande, que es crear tu propia experiencia del amor para poder llevar mejores relaciones de pareja.
Así que, aunque no puedas quitarte la ansiedad y no estés del todo a gusto, aprovecha esta incomodidad que te está poniendo la vida por delante para saltar, para cambiar cosas, para cuestionarte tú misma, para evolucionar.
A veces estas soltera y no estás feliz no por estar soltera, sino porque en esa soltería te limitas a vegetar en espera de que ocurra algo y no te responsabilizas de tu propia felicidad.
Conste que yo tuve que vivir varios desamores para darme cuenta de que necesitaba hacer ese trabajo.
Quizás tú también necesites pasar por ahí.
Animo! En cualquier caso.