A ver primis, por alusiones, varias cosas:
No les regalamos las entradas desde el principio porque ellos dudaban de si ir y, precisamente, no queríamos ponerles en un compromiso. No queriamos que se vieran con la obligación de acompañarnos al evento. Detalle ibamos a tener igual, pero quizás les hubiesemos invitado a comer o a cenar o hubiesemos comprado algo personalizado que son cosas más fluidas y menos comprometidas.
Cuando surge lo de las entradas, están las entradas agotadas por cualquier vía y la reventa disparada, y este conocido nos las deja a precio de coste. Y ahí les preguntamos, de nuevo insistiendo en el sin compromiso, si les apetece ir, para tener un detalle con ellos porque ya no tienen posibilidad de comprar entradas y ellos habían dejado la puerta abierta en enero a que irian o no decidiendo a última hora. Os aseguro que al conocido le costaba entre cero y nada revenderlas y a un precio más caro del de coste.
Es decir, ni el conocido ni nosotros ganamos nada con la transacción.
Con todo el lio de que les sienta mal les insistimos varias veces en que no se preocupen, que no queremos que las paguen y vayan obligados, que revendemos las entradas nosotros y son ellos los que, aun enfadados, nos dicen que no, que nos las pagan.
Si de verdad no querían ir era tan fácil como decirnos pues mira sí, me ha sentado mal y además no me interesa un pimiento el evento, así que no quiero pagarlos.
Lo que no es normal, por mal que hayamos actuado nosotros, es actuar como el perro del hortelano:
- Nos dices que sí al alojamiento, pero luego a dos semanas que no y solo porque yo te pregunto.
- Nos dices que estás enfadado por pagar, pero no aceptas las soluciones que evitan que pagues, porque sí, estás enfadado, pero en realidad sí quieres ir (porque insisto en que Coti les dijo varias veces que las revendía a un tercero y así se acababa el problema y NO quisieron).
Quiero decir, el enfado no puede ser porque hayan pagado 120 euros, porque los han pagado porque han querido teniendo opcion de no hacerlo.
Y respecto a no haber pagado un hotel desde el principio, pues mira, Coti es un nostálgico y le hacía ilusión compartir ese espacio con ellos. No porque lo hubiesemos alojado en el pasado (eso solo lo he dicho para que se entienda que M no es reacio a las autoinvitaciones), sino por ver si a ellos les podía hacer ilusión o no también compartir tiempo dado que a lo largo del año en la distancia es dificil.
Evidentemente teniamos que haber pillado el hotel desde el principio, os aseguro que no nos volverá a pasar.